Como si el tiempo se hubiera devuelto dos años atrás y no hubiéramos aprendido nada*; este año la historia de los festivales en Antioquia se repetía, mientras muchos estábamos en Altavoz, el festival Rock al Río, de Rionegro, anunciaba que se acababa, que no había plata ni voluntad política por parte de la administración municipal para llevarlo a cabo.
Por Alexander Múnera Restrepo // @_AlexanderM
Sin embargo, luego de mucho ruido en redes sociales por cuenta de quienes no querían que el festival se muriera, entre ellos músicos, periodistas, organizadores y público en general, la mesa directiva del festival se reunió con el acalde del municipio para buscar la manera de continuar con el proceso, llegando a un acuerdo: Incluir el festival dentro de las fiestas tradicionales de Rionegro como evento para los jóvenes, aprovechar la contratación logística que se hace para esa semana y autorizar una tarima a Rock al Río.
Con ese acuerdo y con el propósito del comité directivo del festival de recoger más dinero gracias a un crowdfunding y la venta de mercancía alusiva al festival (como por ejemplo botones), el recital se pudo salvar y ya anunciaron su cartel oficial para este año.
Aplaudimos a Rock al Río por todo lo logrado gracias a su perseverancia y testarudez. Los acompañamos en su importante proceso cultural y esperamos que los próximos 7 y 8 de diciembre, el parqueadero del estadio Alberto Grisales se llene y se demuestre con presencia, todo lo que se vivió en las redes sociales de la internet.
También llamamos a la reflexión, rescatando el hecho de armar un festival con bandas locales y nacionales, algo que se puede hacer desde hace rato sin que la gente sienta que los carteles están en desnivel. De igual forma, con la intensión de aportar a la conversación, sugerimos para otras versiones, como ya lo hemos dicho en otros espacios, armar el festival en un espacio más pequeño (eso no tiene nada de malo); buscar, como se hizo, otras de maneras de financiación, aunque eso requiere una planeación con más tiempo para poder presentar la propuesta a ong’s nacionales e internacionales, lo mismo que a otros gobiernos.
Además, decimos que, teniendo claro que este tipo de eventos se hacen ad honorem, es apenas comprensible si en algún momento no se realiza, no es una obligación y menos si solo unos pocos le meten la ficha a su desarrollo. Que este sea un llamado de atención para todos los rockeros de Rionegro y del oriente cercano a que se unan en pro de esta causa, y el próximo año, con más manos, más ideas y mayor fuerza, el festival se pueda llevar a cabo de manera más fluida.
Las puertas se abren a partir de la 1:00 p.m. Este año no se recogerá material reciclable o comida para animales, sin embargo, están invitando a los asistentes a que compren, en la entrada del recital un botón con la imagen oficial del festival, el cual tendrá un costo de $5.000 pesos y será otra forma de respaldar el costo del Rock al río 2019.