“Pirineos en llamas” hace parte de esa nueva camada de bandas nacionales que están yendo más allá del rock por el rock, conceptualizándolo y a la vez siendo altaneros con el género, para volver, desde ahí, a la contracultura que tanto le hacía falta a esta música en las últimas décadas. “Fanáticos de la cerveza y los enanos” este cuarteto, condensa su “emo norteño” en un primer álbum lanzado el 28 de mayo del 2021 y titulado ‘Soliloquio’.
Por José Gallardo Arbeláez // @MuInmobiliaria
Se presenta acá el primer trabajo de la banda de postpunk, Pirineos en llamas, un trabajo depurado de más de un año de estudio, con procesos largos de preproducción, composición, revisión, producción, grabación, mezcla y mastering. Casi todo esto direccionado por David Ospina en Brona, y con un fuerte acompañamiento de los miembros de esta banda, que más que una agrupación, parece una familia, algo bello de ver en vivo, lo digo por experiencia personal.
En vivo, los Pirineos son bastante asombrosos, incluso con las canciones más pop y medio strokeras con un toque de hives para no perder el punk, es como ese trago muy maluco que todo el mundo tomaba antes: cocaína rusa. Así es la experiencia, algo bien ácido, fuerte, contundente, sin medias tintas, que tal vez te produzca un poco de malestar e incluso hasta regurgitar, pero tranquilo, si lo pasas con una pola y garro, todo va a estar bien, como dice la alcaldía de Medellín, ¿así o más punk?
Ahora, estos procesos nuevos en la ciudad son muy interesantes desde la perspectiva investigativa, pues se están creando bandas que por las condiciones de cuarentena, poco pueden tocar en vivo, pero sí ensayar mucho y por eso, algunas como estos chikes, que están cargados de energía represada e irá por expresar, con mucho amor en el medio, salen con este tipo de proyectos sonoros, donde, el virtuosismo en vivo es claro y serio, además de que el sonido es más profesional que muchos de los llamados líderes de la escena alternativa, por los youtubers rolos. Siento yo, estas bandas nuevas que ensayaron sin parar durante casi dos años, obviamente van a sonar mejor que otras desgastadas y maltrechas hojas de margaritas.
En el caso del disco, tal vez el mismo fenómeno de estar encerrados y con tiempo para poder hacer procesos depurados, resultan en lo que en la academia nombramos como investigación-creación, donde el producto final es el disco, el cual en términos de mercado es un éxito, un hit y creo va estar en varias de las listas del año de medios locales, eso mínimamente lo pronosticó para antes de noviembre, si mi nostravamus no me falla.
En términos de la percepción estética de este oyente, la verdad me parece que el párrafo anterior juega en su contra, pues el disco no suena a ellos, el álbum es una cosa, incluso un poco plástica y llena de fórmulas de producción, mezcla, efectos de forma, estructura, que no tiene mucho que ver con lo que en vivo yo pude escuchar. Esto asegura que seguramente como dije arriba, sea parte de lo que se busca: éxito.
Sin más, les invito a escuchar a los compas de Pirineos en Llamas, quienes lanzaron este proceso creativo en sonograma digital, es decir en todas las plataformas.