Kelly Lee Owens es productora y compositora inglesa de elektronische musik. En el 2017 se mostró al público con un disco homónimo, al cual la crítica especializada no se cansó de elogiar. En agosto del año pasado lanzó “Inner Song”, su segundo álbum, y aquí está la opinión de José Gallardo frente al mismo.
Por José Gallardo Arbeláez // @MuInmobiliria
¿Por qué una artista de música electrónica comienza un disco con una reversión de Radiohead?
Weird fishes arpeggi es una pieza curiosamente compuesta por Colin Greenwood, producida por Thom Yorke y Johnny Greenwood, todos de Radiohead, un encantador modelo de sonidos que se van moviendo paulatinamente, casi que cinematográficamente durante aproximadamente cinco minutos. Sus materiales musicales son bastante simples, como todo lo que salió de la primera ola de los minimalistas norteamericanos, esos que nombran como los tres de New York: Steve Reich, Philip Glass, John Adams [1]. Todo muy tonal/modal, con pocas transmigraciones rítmicas y algunos cambios de fase rítmica. Un arpegio que por su sencillez puede ser difícil de llevar al mundo de los MIDIS y darle ese Je ne sais pas humano musical, más subir, bajar la tensión y relajación tímbrica, una obra maestra para comenzar un disco dedicado a la elektronische musik, una influencia que se nota en los trabajos de esta gran compositora. Lee Owens logra desarrollar una variación propia sobre una canción que por sí misma es un rizoma sonoro, difícil o casi imposible de alejar de sus creadores radio cabezas.
On, segundo track de Inner song explora el rango vocal de Owens de manera delicada, sin desplazamientos forzados, todo muy de la mano de los movimientos en grado conjunto (segunda ascendentes y descendentes, sin pasar la tercera) para darle al oyente un tiovivo sonoro. La pieza puede pasar tranquilamente como música de fondo para un comercial de sodas, pero en algún momento te va a hacer voltear la oreja para tratar de captar algo de su esencia.
De ese encanto pop es de lo que escribe nuestra productora de hoy, sin abandonar la pista de baile, su hogar entrañable, On prende la pista de baile, conectando a Melt!, evidentemente un live editado y bajado al track, los bajos comienzan a hacer de las suyas, y la influencia techno se nota inmediatamente en la Owens productora, una que explora en los grados de oscuridad presentes en un compresor. Melt! Tiene una estructura cíclica muy tradicional, esa que disfrutan los ravers, los que son de culto, porque debemos siempre recordar que la pista de baile es un espacio de encuentro, como la iglesia, sin ningún tinte moral, pura anarquía del movimiento.
Re-wild baja un poco el bpm, siendo tal vez la canción o balada del disco, y ubicada en el tercer track, se nota que la productora (en este caso la misma compositora) pensó muy claramente esto con antelación, pues la ubicación de una canción determina el discurso sonoro del disco. Re- wild no tiene una letra profunda, pero sí muy pegadiza, bajo un beat que recuerda un HTRK primerizo, con cierta dulzura que me recuerda a la experimental Kelsey Lu, su final es marcado con un arpegio otra vez, el cual en su formación tiene tendencia a la tensión, y va aumentando la dinámica del track, para terminar tranquilamente.
Jeanette, L.I.N.E, son tracks en crescendo que imploran con otra canción en su formación clásica y de gran impacto: Corner of my sky con la participación de John Cale, una gran leyenda de la experimentación sonora, la sicodelia, el arte sonoro, en fin, si usted no sabe quién es John Cale o lo confunde con John Cage, le invito a conocerlos y entender por qué esta canción y su discurso/canto, es muy importante, además de bello.
Saltaré a mi track favorito del disco: Wake - up, el cual es la manera más tranquila de llegar a la rebelión del sonido, sin anunciarlo en el título de la canción, solo hacer que tu trabajo hable por ti; y hasta acá dejo, porque es hora de que ustedes escuchen y comenten.
[1] El cuarto para mí, sería el compañero y gran colega que gracias a otro afro-minimal (Antonio Correa) pude conocer: Marc Mellits.