La nueva entrega discográfica del Frente Cumbiero es como remontarse al pasado de la cumbia; pero con una máquina del tiempo equipada con todos los gallos tecnológicos de la música en el siglo XXI para asegurar un viaje seguro, placentero y bailable. Aquí, una nueva reseña de nuestro colaborador y amigo José Gallardo Arbeláez. Disfrútenla o disientan, lo que les sea de más agrado. En todo caso, gracias por leer y, lo más importante, escuchar.
Por José Gallardo Arbeláez // @MuInmobiliaria
Sin más, presento mis impresiones críticas sobre esta obra poética contemporánea:
La era del Gigahertz
Comienza este viaje inspirado en el realismo mágico como metodología de creación, subcomandado por Mario Galeano, quien desde su nave espacial: spaces echoes, moog´s, delays, y bajo, guía la búsqueda.
Este tema pareciera establecer el contexto donde comienza todo, el algoritmo como era, las plataformas digitales indicándonos qué escuchar y cuándo, un momento histórico que parece molestar al Frente Cumbiero, y como buenos revolucionarios deciden hacer algo al respecto.
Este primer corte suena como el inicio épico de blue camel, o el live de Fela Kuti en Amsterderan, algo que por desgracia encuentran fácil en youtube, pero nunca la versión que tal vez tiene, escuchó, maseó y deconstruyó Galeano para componer la suya.
Jaley Jaley
Ya entrados en gastos, la contienda comienza, y suena el himno surf con toques de cumbia rebajada, y un gran golpe de redoblante con echoplex para terminar este hit.
Porrovia
Y cómo no incluir la escala más importante desde tiempos inmemoriales: su majestad la pentatónica. No hay que ser rockero para conocerla, hay que ser humano. Tal vez deben existir varios tratados sobre la influencia sensible de dicha escala en las culturas ancestrales, porque hay modelos de esto en la África meridional y en San Basilio de Palenque. Yo pues a nivel de etnomusicología soy un profano, pero el maestro Galeano debe conocer millones de libros, si no es que ya tiene un paper listo para ser publicado en forma de disco.
Y el echoplex como motor de variación, junto a ese mambo sabroso que en los pitos, el tutti señores, un sabor hecho cumbia que recorre desde Perú hasta México.
Curiosamente termina igual que jaley jaley, golpe con echo.
Cumbia del Asilo
Esta pieza es como el concert d´Aujour d´hui, basado en un intrincado mambo en compás de amagalma, algo que va subiendo el nivel de intelección del oyente en términos de complejidad de materiales, pero sin perder el groove, algo así como lo que supuestamente se inventaron los músicos electrónicos herederos de la conjunción entre academia y procesamiento digital de señal, más un poco de buenas drogas: I.D.M.
Para este escucha es realmente la evolución de la tradición que Juancho Vargas, Lucho Bermúdez, el maestro Carlos Piña, Guapito y otros de la escena de la música caliente y de baile colombiana, empezaron. Este tema sugiere la ruta sicodélica en el relato….
Entrada Espectral
Drones en forma de acordes navieros en los pitos, más un sinte que va aumentando la tensión rítmica, un contratiempo marcado por el teclado a modo de llamador, estamos en la cumbia pero con sintes, echos o delays, es dub, es cumbia, es baile, no importa el espectro: análisis de frecuencias en tiempo real, invita a flotar en esta dimensión cumbiera, pues ya casi vamos a encontrar la "Cera perdida".
El arpegiador en este track, me parece grandioso y difícil de controlar en vivo, un método bien arriesgado y contemporáneo, que funciona muy bien.
El método de la cera perdida
Sobre un bajo modal, creo en tonos enteros, se encuentra el método de la Cera perdida del Frente Cumbiero. El encuentro con África es inevitable pero ya ha pasado mucho, ha mutado: América y el viejo continente unidos a través de los años 20 y 30, donde la sobrepoblación de grabaciones hicieron del sonido algo insurgente, como menciona Michael Denning en su libro.
Llegamos los montañeros
La tradición en su auge, eso que muchos conocen como cumbia de sabana y porro, una juntanza entre el acordeón y el clarinete cumbiero, inspirado en la caña e´millo.
Baile, baile y más baile.