La resistencia siempre ha sido protagonista en el Más que Sonidos. Resistencia por el aguante, pues organizar un festival cada año y ad honorem no es fácil. Resistencia por la defensa a ultranza que han hecho del mismo, ya que en muchas versiones han tenido detractores. Resistencia por la gestión, porque en cada versión toca ingeniarse la forma de conseguir el recurso para hacerlo. La resistencia siempre ha estado presente en Guatapé y el rock. En esta publicación, Gabriel Jiménez y John Alzate, integrantes de la mesa de trabajo de festival, nos cuentan la historia del recital y muchas de sus resistencias.
Por Alexander Múnera Restrepo // @_AlexanderM
El Más que Sonidos se realiza en una zona que históricamente ha tenido influencia de grupos paramilitares. A finales del siglo XX y principios del XXI, el municipio de Guatapé experimentó una delicada situación de orden público, que se derivaba en un estricto control e incluso represión por parte de estas fuerzas. Además de declaración de toques de queda, vetos a hombres que tuvieran aretes o pelo largo, prohibición del consumo de sustancias psicoactivas (solo por mencionar las restricciones que más se recuerdan), lo que hacía casi imposible realizar un festival de rock en este municipio.
Sin embargo, terminando la década pasada, un grupo de jóvenes no quisieron dejarse ganar por el miedo y salieron a las calles para habitar los espacios de su municipio, encontrarse muchas veces con una guitarra, cantar y reflexionar sobre su vida en Guatapé.
Surgió la idea entonces de crear un evento que le diera cabida a las músicas urbanas y alternativas del pueblo, la región y el país. Una idea que se convirtió en realidad dos o tres años después del repliegue de los grupos armados ilegales. Comenzaron pues a concertar un espacio y defender su importancia frente a varios estamentos de la municipalidad como la alcaldía, la iglesia, los comerciantes, el concejo y otros grupos influyentes del municipio.
Así se abrió la posibilidad de tener un concierto de rock en el parque principal de Guatapé a partir del 2009, organizado por este puñado de jóvenes que por entonces habían conformado la Corporación creativa Phi. Lo empezaron a hacer cada año en el mismo lugar, como símbolo de empoderamiento, visibilizando su condición de jóvenes pensantes, ciudadanos de derecho y rockeros.
El Más que Sonidos puede ser una de las prácticas colectivas más política y resistente del oriente antioqueño cercano. Su crecimiento continuo los ha llevado a encadenar conceptualmente su festival, relacionando las jornadas académicas con la temática de sus conciertos. En el 2016 el tema central fue el fin del conflicto con las FARC y en el 2017 fue el rescate de la memoria, haciendo un homenaje a las víctimas del municipio; y así van manteniendo su resistencia pacífica.