La agrupación italiana de postpunk Soviet Soviet se presentó durante dos fechas en el Club Líbido.
Colaboración especial de Francisco Ortiz para HagalaU
El rock jamás va a morir. Sus más estridentes guitarras nunca dejarán de ser rasgadas. Las grandes bandas comerciales como Metallica, Judas Priest, Iron Maiden, KISS, entre otras siguen estando de pie y llevando el estandarte de los sonidos fuertes a grandes masas así el rock y el metal no estén en los titulares ni en la boca de todos en los corredores de la industria musical.
También lo hacen en sus respectivos contextos otros vieja guardia tales como The Cure, Depeche Mode y otras propuestas del nuevo milenio como Arctic Monkeys, The Killers o The Strokes. Pero a dónde quiero llegar es a que es el sonido y la fidelidad de los seguidores de actos como los italianos Soviet Soviet quienes mantendrán perpetuamente los cuerpos sudando y agitándose en recintos como el Club Líbido en Medellín el pasado miércoles 11 y jueves 12 de septiembre de 2019.
Ya lo había avisado el gestor de eventos Carlos Mario Osorio con los norteamericanos Tempers en una mágica velada llena de atmósferas etéreas a finales del 2017, casi la noche de año nuevo, también en la ciudad de Medellín. Esa vez también apreciamos a los entrañables Los Malkavian, agrupación local de postpunk visceral que cada vez se ve más compacta y delirante ante los concurrentes a sus toques. Hace poco asistimos a su guarida de ensayo en Campo Valdez como parte de una visita nocturna del componente cultural del Bazar de la Música de HagalaU, y pudimos constatar que mucha parte de su atmósfera y sonido viene de agitar las cuerdas y golpear esos redoblantes en su sala de ensayo infernal y en la penumbra; esto lo digo como elogio y realidad, al ser este un sótano tan lúgubre como fantástico.
Desafortunadamente por horarios en semana y otros compromisos no pude apreciar a Hipsum, No Hay Juventud y Old Providence. Pero según los comentarios de las más de 400 personas que pagaron su entrada con antelación y de varios amigos como Carolina Dávila (vocalista de Metropolitan y los integrantes de Stoner Love -quienes asistieron luego de tocar en la Tarima Sura del Jardín Botánico en la Fiesta del Libro y la Cultura después de los anuncios de las 28 bandas locales que se harán partícipes en el Festival Internacional Altavoz 2019-), dieron la talla y exudaron lo mejor de sí.
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Los italianos con su impetuoso indie postpunk enardecido, hipnotizaron y presionaron al público a atiborrarse, rozándose los hombros unos contra otros y viéndose marañas de cabellos contonearse de aquí para allá al unísono sin distinguir género. Desde la primera canción el ambiente fue predominantemente una oda a vivir la corporalidad humana del disfrute a través de una puesta en escena intensa, orgánica -solo tres músicos-, llena de cambios de tempo estimulantes, con luces tan tenues que hubo paisajes casi tan sombríos como en un concierto de black metal noruego, y con un minimalismo visual en las imágenes de fondo las cuales atestiguan la poca importancia de Soviet Soviet de compensar carencias compositivas con descrestantes ilustraciones o destrezas luminotécnicas.
Ese fue otro aspecto a relucir. Parecía una escena tan sacada de los ochentas por la escasez de personajes obsesionados con documentar las circunstancias, que desde GBH el año pasado en Sala Bombay o Jack White en el 2014 en el Fillmore de South Beach, no coexistía con una audiencia totalmente enfocada en apreciar, transpirar y perder cierto porcentaje de su peso en un evento en vivo.
Quedamos con unas desesperadas ganas de la próxima aventura cultural musical del Club Líbido en cuanto a sus próximas ceremonias sonoras. Eternas gracias a la organización, el lugar y a Jean Pierre Guarín y Carlos Mario Osorio por lograr este hecho histórico para el circuito independiente.