HagalaU acompañó, cantó y disfrutó la celebración del festival anual que llena de vida el parque principal de Guatapé.
Redacción HagalaU // @hagalau // 3 de diciembre de 2018
La música sigue siendo uno de los canales de comunicación más poderosos para sentar una posición o plasmar una visión del mundo, tal cual quedó claro en la celebración de la primera década de labores del Festival Más que sonidos que este año tuvo como lema “10 años de fiesta y resistencia”.
Este festival siempre ha apostado a lo formativo y a la de necesidad de fortalecer las diferencias y entendernos en ellas, su ejemplo como trabajo colaborativo ha logrado 10 ediciones por donde han desfilado grupos como Puerto Candelaria, Nepentes, Daycore, Niquitown, Nybram, Jaibanakus, Asuntos Pendientes, Casket Grinder, Rogs y al grupo peruano Solar Zoom. ¡Por eso para sus 10 años querían lucirse!
Gavilla Changoreta. Fotografía de Yojan Valencia
Elegir el cartel de un festival no es tarea fácil. Y menos si se trata de festejar con él un aniversario. Hay que pensar en los gustos y la filosofía del festival, los presupuestos, las agendas, la logística que acarrea traer una banda y hasta en su raider técnico, para concretar la lista de bandas que en la medida de lo posible cumpla con todo eso y le provoque al público, por lo menos, la curiosidad de asistir.
El más que sonidos, con un presupuesto reducido, logró armar un cartel digno de la celebración de 10 años de labores. Electrónica, experimentación, indie, metal, funk, hip hop y rock fue el recorrido sonoro por el que nos llevó el festival de Guatapé. En una década, este recital ha formado un público joven que es abierto a la música en general y no a un género en particular, por eso respondieron al llamado con una asistencia nunca antes vista en el festival y se gozaron los conciertos hasta el último acordé.
AlcolirykoZ. Fotografía de Yojan Valencia
Sí, el Más que sonidos celebró su décima edición y la importancia de alcanzar esta meta es demasiado grande para un festival que desde el principio ha sido sinónimo de resistencia y amor por el arte. De acuerdo a Jhon Álzate, director del festival, "el mismo nombre lo dice: 'Más que sonidos', es decir, es poder hablar de la memoria, de la música, del arte, las estéticas, de todo lo que mueve a la gente y a todos los jóvenes que están alrededor de, desde las apuestas musicales con sus bandas y también desde las personas que se lo gozan".
Y es que no se trata de un logro pequeño, haber logrado llegar a una décima edición para un festival que ha salido adelante año tras año con las uñas es el resultado del trabajo de un grupo de personas que han hecho la tarea de llevar música a un municipio en el cual de alguna manera es difícil para los jóvenes tener la oportunidad de conocer y escuchar rock nacional. "Para nosotros es una alegría cumplir 10 años, es como salir del colegio, hay muchos aprendizajes y muchos retos cumplidos, pero el espectro apenas se abre, queremos que el festival cumpla muchos más años, queremos que estas apuestas culturales se sigan promoviendo y que la música siga siendo protagonista", concluye Jhon.
La jornada de fiesta y resistencia fue alegría, baile y canto. Selvático y sus insumos electro latinos, La Gavilla Changoreta y su carnaval con sabor callejero, todo eso, sumado a la melancolía generacional de Margarita Siempre Viva y al arrasador metal de Threat: ¡todos se conjugaron en una sesión multicolor!
Bajo tierra. Fotografía de Yojan Valencia
La media noche sonó a funk, a rap y a rock. Con retrasos, La Funk Organisation comenzó su show lleno de fiesta, una que quedó inconclusa desde la edición pasada. En medio de un cielo despejado, y con media hora de retraso, AlcolirykoZ subió al escenario, con una síntesis de la historia del rap colombiano en unos minutos de mezclas. De ahí, una fiesta que llevó al público al nivel más alto de euforia, donde se evidenció que las generaciones nuevas están muy conectadas con el proceso de esta banda. Cada canción fue coreada y saltada como himno, y las voces más jóvenes eran aquellas que sobresalían en sus cánticos. Este fenómeno nos hace pensar si tal vez, entendiendo el momento del festival, el final de esta décima edición pudo haber sido por parte de AlcolirykoZ.
Pero el final no fue otro que el más aguardado: Bajo Tierra, la banda que regresó este año y que ha revivido el legado dejado con su receso hace una década. Infortunadamente, con los retrasos de montaje, no pudieron sino tocar un poco más de la mitad del show que habían preparado. Esto hizo que, con policía y todo rondando el escenario, tuvieran que bajarse tras el final de "El pobre", dejando a los asistentes con ganas de más. Una oportunidad de volverlos a ver el próximo año se abrió por parte de uno de los organizadores sobre el escenario. Ojalá que esta nueva visita al parque de Guatapé pueda darse con nuevas canciones por parte de este grupo histórico del rock nacional.
Tal vez, si habláramos de aprendizajes y de cosas por mejorar de esta décima edición del festival, la agilidad en los montajes y la puntualidad en los horarios pactados sería, como en anteriores adiciones, aquella en la que Más que sonidos deberían trabajar. Un festival que preparó una celebración memorable para su primera década, pero que pudo haber afinado detalles pequeños para que la celebración hubiese sido lo más cercano a perfecta.
En HagalaU nos ponemos de pie y aplaudimos la labor del Más que sonidos.