Un grupo que nació a partir de la banda típica del pueblo, con instrumentos tan aparentemente extraños para un proyecto de rock como el bombardino o eufonio y con 16 años de historia, ya tiene en rotación su segunda placa discográfica y en HagalaU reseñamos su álbum.
Por Alexander Múnera Restrepo // @AlexHagalaU
Escuchado “Soy” uno podría creer que el segundo disco de El Revés fue creado en un momento de mucho desamor en la existencia de sus integrantes; pero la verdad es que fueron simples coincidencias. Luis Cobaleda, vocalista de la banda, explica que la practicidad, fue en parte el gran aliado a la hora de componer y que este álbum está dedicado a muchas personas y circunstancias: A sus fans, al despecho y a la música.
Haciéndole ojitos al ska mexicano en la voz; pero con el frío, las vacas y los paisajes de San Pedro de los Milagros en las venas, este disco puede percibirse sonoramente desde muchas geografías. Es además un trabajo muy importante para la banda ya que cuando lo grabaron, lo hicieron con la intensión de mostrar la evolución que han tenido en década y media de historia y evidenciar cómo pueden sonar en vivo. Así lo declara Germán Sierra Peña, eufonista y uno de los fundadores del proyecto.
Contra portada del nuevo disco
Y efectivamente este segundo trabajo discográfico, sí toma una distancia considerable de “Días y noches”, su opera prima, en cuanto a letras y vientos se refiere. Las liricas de “Soy” transcienden el chascarrillo y aterrizan en la cotidianidad de sus vidas con más carácter, los vientos por su parte, se sienten mucho mejor trabajados que en su primer CD.
Con siete canciones nuevas y la efervescencia por la que está atravesando el género en casi todo el país, El Revés tiene grandes oportunidades de ser escuchado en varios de los espacios que se están abriendo para el ska y el reggae en Colombia. Con presentaciones en festivales como Altavoz Antioquia, algunos bares de Bello, Copacabana, Medellín, su natal San Pedro y ahora clasificados a los Ciudad Altavoz; con la premisa de que un grupo se hace es tocando, le auguramos muchos más conciertos a esta banda de ska con sabor a campo y a leche.