Kraken es, sin duda, una de las bandas insignes del rock colombiano. Con su voz lírica y sus letras cargadas de metáforas, Elkin dejó un legado que está presente, más allá de sus canciones, en todo el movimiento que ayudó a impulsar abriendo camino para la música hecha en Medellín y en el país, traspasando fronteras, llevando su música a buena parte del continente.
Toda la historia de Kraken la soportan 8 discos de estudio y 3 álbumes en vivo y en HagalaU los invitamos a recorrerlos. Rendimos homenaje al Titán con lo que seguro más apreciaba en vida, su música.
1987: Kraken I. Luego de participar en la histórica “Batalla de las bandas” de 1985, y el lanzamiento de su sencillos “Todo hombre es una historia” y “Muere libre” en 1986, la disquera Codiscos comenzó a darle pista a la banda para grabar su ópera prima. Esta se condensó en un fin de semana en sus estudios (más destinados a la producción de música tropical y popular que al rock), y el resultado fueron 8 canciones con un sonido bastante heavy metal. Con este álbum lograron su primera gira nacional y que canciones como “Escudo y espada”, “No me hables de amor” y las ya conocidas “Muere libre” y “Todo hombre es una historia” se convirtieran en himnos del underground rockero nacional.
1989: Kraken II. Luego de una primera gira nacional y de que su primer disco vendiera más de 10 mil copias en un año, la banda estaba preparada para dar un siguiente paso, siendo coherente con sus influencias. Y por esto deciden tener como productor al músico Víctor García (ex integrante de Nash), quien sería fundamental para la orientación sonora de esta placa. En “Kraken II” debutan los teclados (interpretados por García) que sustituirían, en algunas canciones, a la guitarra líder, y también en él se comienza a notar la apuesta por el rock progresivo, que sería más evidente en su siguiente álbum. La segunda producción de Kraken pasará a la historia por contener “Vestido de cristal”, un himno generacional del rock colombiano, que en 1989 llegó a ser número uno en todas las emisoras juveniles del país.
1990: Kraken III. La última década del siglo XX sería recibida por un Kraken que ya era protagonista en el panorama rockero del país, y que se empezaba a abrir camino a través de América Latina. Ese año compusieron y produjeron su tercer disco, con un sonido totalmente progresivo, que evidenciaría una evolución en la identidad de la agrupación. Canciones como “Rostros ocultos” e “Hijos del sur” serían grandes en su repertorio, e incluso trascendieron fronteras y llevaron a Kraken a su primer concierto internacional en 1991 en Caracas, Venezuela. Este disco también marcaría el final de una etapa en la alineación del grupo, con la salida de músicos fundacionales como Hugo Restrepo (guitarra) y Gonzalo Vásquez (batería).
1993: Kraken IV: Piel de cobre. Tras un proceso de investigación que llevó a Elkin Ramírez y Jorge Atehortúa (bajista y miembro fundador) a sumergirse en las culturas indígenas latinoamericanas, en octubre de 1993 se lanzaría Kraken IV: Piel de cobre, un homenaje a Latinoamérica y su identidad. Esto hizo que este disco, sin ser totalmente conceptual, tuviese elementos narrativos transversales. En este álbum participaría como guitarrista y teclista Federico López (quien años después produciría discos de Aterciopelados, Estados Alterados y Bajotierra). La placa, que saldría prensada por Discos Fuentes, tendría repercusión en toda Latinoamérica, en parte por la balada “Lenguaje de mi piel”, canción que se convirtió en otro de sus himnos y que trascendió (como lo hizo “Vestido de cristal” cuatro años antes) las barreras del rock para convertirse en parte de la cultura popular musical de los últimos años.
1995: Kraken V: El símbolo de la huella. Luego de un disco totalmente progresivo y con elementos conceptuales, Kraken ya estaba muy desligado de una etiqueta heavy metal, y su música pasaría a ser definida por él mismo como rock. Esto y una rara experimentación sonora serían evidentes en “El símbolo de la huella”, que vería la luz terminando 1995. Un disco que no contó con la misma trascendencia mediática de los anteriores, y que estuvo marcado, tanto antes o después de su producción, por el cambio de músicos, entre ellos Jorge Atehortúa, el último fundador. Un álbum que, para los músicos de la época, no terminó como esperaba y que marcaría el inicio de esa ruptura de Elkin Ramírez con las disqueras. El lanzamiento de Kraken V se hizo en medio de la teatralidad, con un montaje escénico realizado por el Ballet Folclórico de Antioquia, y que fue idea del mismo Elkin.
1999: Una leyenda del rock. Luego de una re-estructuración total de la banda, un replanteamiento del formato musical de Kraken en algunas de sus presentaciones en vivo (empiezan a presentarse en acústico), e incluso de su primera presentación en Rock al Parque en 1997, Elkin se encerraría con su banda en un estudio a componer 5 canciones que fueron el germen de su sexto disco de estudio, el último en ser lanzado bajo una gran disquera (en este caso Codiscos, pero gestionado por el naciente sello discográfico de Elkin, Athenea). De él se desprende “Frágil al viento” una de las baladas más recordadas de Kraken. Este álbum se completaría con 4 versiones de canciones que hicieron parte del debut discográfico de la agrupación.
2001: Huella y camino. El primer disco en vivo de la discografía de Kraken nace de dos conciertos realizados en ese mismo año en Bogotá y Medellín. En sus 20 canciones hace un repaso por toda su discografía, dando vida a esos himnos icónicos de, en ese entonces, casi dos décadas de carrera.
2006: Kraken Filarmónico. Una de las fijaciones de Elkin Ramírez frente a la música había estado relacionada, desde niño, con la música clásica. Esto, sin duda, influyó en el carácter lírico y metafórico de sus canciones. Por esto no era raro que, en algún momento de su carrera, un proyecto como este surgiera de forma casi natural. Y desde inicios del nuevo milenio, y con la banda radicada en Bogotá, el vocalista de Kraken comenzó a realizar los acercamientos para iniciar este proyecto. Encontró entonces en Ricardo Jaramillo, director de la Orquesta Filarmónica de Bogotá en esa época (y que también integró la banda de rock bogotana Hora Local) un aliado para llevar a cabo el montaje. Esto derivó en la realización del primer concierto de Kraken bajo esta modalidad (y que sería el material para la realización del disco) el 14 de octubre de 2005. Un año después, y de nuevo bajo su sello Athenea, lanzaría el álbum con 13 canciones, masterizadas una a una en el mítico estudio inglés Abbey Road (sí, en el mismo que grabaron The Beatles y un sinnúmero de leyendas del rock).
2009: Humana deshumanización. Tras una década sin lanzar un álbum de estudio, Kraken rompe ese silencio discográfico con su séptimo disco de estudio, que muestra a la banda como una referencia en el rock duro del país. Un disco que no fue muy radiado, pero que con el que giró por Colombia, acompañada de la banda argentina Rata Blanca. “Humana deshumanización” recogió las dos canciones inéditas que la banda había lanzado a lo largo de la década: “Amnesia” y “Desde el exilio”.
2016: Kraken VI: Sobre esta tierra. Tras la celebración de sus tres décadas de música (con conciertos filarmónicos, un DVD en vivo grabado en Medellín y la creación de un libro lleno de fotografías e historias alrededor del grupo), la producción de Kraken VI estuvo rodeada de la incertidumbre por el estado de salud de Elkin, que durante 2015 y 2016 tuvo recaídas y mejoras. Sin embargo, y a pesar de los tratamientos y cuidados a los que era sometido, logró sacar adelante, junto a su banda, el que sería su último trabajo musical, y al que daría por nombre “Sobre esta tierra”. Este álbum incluye el lanzamiento previo a este proceso “La barca de los locos” de 2013, junto a otras 8 canciones inéditas. Por las condiciones de salud de Elkin, este disco no alcanzó a ser presentado en vivo.
Que el legado de Elkin Ramírez siga vivo a través de sus canciones.