Tradicionalmente el último día del Víboral Rock ha sido dedicado a la diversidad: reggae, ska, punk, rock y otras tendencias han sido las músicas que despiden este festival. En el 2018, la programación cambió y además de dedicar una jornada exclusiva al punk el viernes, el domingo se dedicó a metal.
Alexander Múnera Restrepo // @_AlexanderM // 4 de junio de 2018
La oscuridad del tercer día en el Víboral Rock 2018 fue responsabilidad del metal, más no de la lluvia, la cual había arreciado fuertemente los días anteriores. La jornada empezó con un retraso considerable, alrededor de 40 minutos, y se hizo más notorio al pasar las horas, ya que la historia del festival esa noche culminó pasada la una de la madrugada.
Para las cinco de la tarde, el patio trasero de la Casa de la Cultura Sixto Arango Gallo ya contaba con más personas que en el primer día, el cual estuvo dedicado al punk y a las reflexiones académicas. Al paisaje clásico de prendas de cuero negras, botas y largas melenas, también lo acompañaba el ir y venir de los encargados de recoger el alimento para mascotas, cargando los bultos de comida para almacenarlos en la bodega ubicada en la tienda del festival.
El death y el thrash fueron los sonidos primarios; pero también se pudo escuchar algo de heavy y ciertos flirteos con el black. Ekival como banda local le abrió la puerta a las demás. Askariz compartió parte de su tercer álbum "Renacer". Y Serveth de Marinilla, también mostró su EP debut, titulado "Hellios: Black dawn of the ancients".
Más tarde, Orión desde Chigorodó, no solo llamó la atención por su lugar de origen, sino por interpretar un thrash con influencias muy marcadas en el metal medallo de los 80’s. Ethereal, banda nacional invitada de Bogotá, se desquitó con sus seguidores y tocó todo lo que no había podido hace dos años, tiempo en el que no había visitado tierras antioqueñas.
Vitam Et Mortem, quienes anunciaron nuevo álbum para este año
Sagros desde Cali no dejó caer el nivel; y con Vitam Et Mortem, muchos nos preguntamos por qué no ha pasado algo más trascendental con esta banda que siempre ha tocado en el festival y que piensa muy bien cada uno de sus contenidos. Twilight Glimer de Pereira, agrupación de intercambio con el Festival Eje Rock, manifestaron su emoción y compromiso por tocar antes de Masacre y luego de Vitam Et Mortem.
Por último, y después de casi media hora de espera, y a pesar de que con ellos volvió el agua, un público con sombrillas (algunos) y resguardado de la lluvia (otros), no pudo disimular la emoción que tuvo al ver por primera vez a Masacre en el Víboral Rock. Una banda que cumplió 30 años, que volvió a firmar con el sello discográfico Osmose Productions de Francia, que es capaz de llenar un parque Simón Bolívar y que es una de las agrupaciones de metal más importantes del país, le anexó una página importante a este festival.
Masacre, quienes ese mismo fin de semana, habían tocado en el Eje Cafetero.
Todo terminó muy parecido al viernes y al sábado, satisfechos y con risas. Parte del equipo de HagalaU se bajó esa noche para Medellín, otros decidimos quedarnos a dormir en el municipio y retornar en la mañana.
En el 2019 se cumplirán las 10 versiones del Víboral Rock y para HagalaU, que siempre ha acompañado este proceso, es muy significativo este logro, así que desde ya celebramos su década de labores... Nos vemos el otro año.