En San Juan, pequeño municipio del Urabá Antioqueño, se presentó en 2014 una banda de metal llamada Orión, un trío nacido en Chigorodó e influenciado directamente por grupos como Parabellum y Reencarnación, dos bandas claves cuando se habla del sonido del metal medallo en Colombia y el mundo.
Cuando aparecieron en escenario, sorpredieron a los jurados: “una banda que quiere hacer ultrametal en Urabá”, fue la idea generalizada. Y claro, esto emocionó. Pero más allá del descubrimiento (que es un mar de posibilidades cuando uno decide ir más allá), lo que significó ese hecho fue la posibilidad de conocer ese grupo gracias a un programa, Altavoz Antioquia, estrategia que tuvo la fortuna de realizarse durante cuatro ediciones en diferentes lugares del departamento:
Marinilla en 2012, Envigado en 2013, Andes en 2014 y Bello en 2015.
La imagen corresponde a Altavoz Antioquia 2013 en el municipio de Envigado. Foto: Yojan Valencia.
Pero demos contexto. Altavoz Antioquia surgió en el año 2012 por la inexistencia de un programa público dedicado y enfocado a fortalecer las músicas urbanas y alternativas (o llámelas como quiera) y su población. En 2009, 2010 y 2011 se daba una irrisoria participación en el programa Antioquia Vive (que maravillosamente enfocaba su labor en otras líneas como liras, coros o bullerengue, sumado a las estrategias de danza y teatro) del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia –ICPA-. Pero el rap, el reggae, la electrónica, el ska, el punk, el metal, en síntesis, esas otras miradas y formas de ser antioqueño más allá del arquetipo tradicional, poco o nada tenían espacio en la agenda cultural pública del departamento.
Sumado a esto, era notable la poca oferta de oportunidades de acceso de esta población a actividades de formación, creación, circulación y profesionalización y, a su vez, había un desconocimiento de las dinámicas de la música alternativa en el departamento, sus líderes y gestores. Por ende, la ausencia de diálogo con el movimiento alternativo de las regiones. La razón, el enfoque prioritario –antes del nacimiento de Altavoz Antioquia- era otro, reitero: “bandas, coros, músicas tradicionales, pitos, tambores y acordeones, liras o estudiantinas, cuerdas frotadas”, según el sitio web del ICPA.
Como contexto adicional, no sobra decir que Altavoz Fest –hoy organizado por la alcaldía de Medellín- nació en la administración como alcalde de Sergio Fajardo en 2004 y que, tras su llegada a la gobernación del departamento en 2012, se decide replicar el modelo exitoso –en términos de aporte al desarrollo del circuito del rock y sus derivados- de este recital en otros 124 municipios antioqueños, dando así nacimiento a Altavoz Antioquia pero situándolo en las dinámicas propias de los municipios.
Gracias a Altavoz Antioquia, se identificaron recitales y procesos en Jericó, Pueblorrico, Urabá, Sonsón, Granada y Santa Rosa de Osos, entre otros festivales, además de los ya conocidos en municipios como Guatapé, Rionegro o El Carmen de Viboral.
Doctur Krápula visitó por primera vez el Oriente de Antioquia gracias a la invitación de Altavoz Antioquia en 2012
Cuatro versiones, una Caravana Altavoz Antioquia por las 9 regiones de Antioquia con más de 28 grupos participantes, más de 60 grupos musicales beneficiados entre el recital central y en los regionales… 3 encuentros formativos (imagínense una concentración de una selección de fútbol), pero dedicados durante 4 días a actividades formativas que tenían como objetivo aportar al crecimiento de los artistas y gestores por medio de clínicas musicales, talleres y charlas en líneas como formación, profesionalización, gestión y circulación, enfocados en temas como:
- Producción musical.
- Composición.
- Cultura y desarrollo.
- Redes sociales.
- Realización de videoclips.
- Puesta en escena y manejo de escenario.
- Producción técnica.
- Medios y música.
Músicos, periodistas y gestores como Juancho Valencia de Puerto Candelaria, Alejo Duque (Bajotierra, Aterciopelados, Alerta, Nadie, TBCB, hoy en Burning Caravan), Byron Sánchez, Julián Rivera (Tenebrarum), Jke (Crew Peligrosos), Fabio Garrido (Frankie ha muerto), Jeihhco (C15 y Casa Kolacho), Sebastián Martínez (Radiónica), José Pablo Arbeláez (Matute), Pablo Villegas (La montaña gris), Giovanni Rendón (La cifra impar), Román González, Magio & Sereno, Felipe Naranjo, Orus y David Medina, entre otros, compartieron su conocimiento, aprendizajes e ideas con músicos de toda Antioquia para que replicaran ese saber en sus regiones.
Sumado a esto, los grupos de las regiones compartieron escenario y aprendizajes con artistas y bandas como Daycore, Kraken, Zona Prieta, Estados Alterados, Siguarajazz, Fértil Miseria, Los PetitFellas, I.R.A, Masacre, Monsieur Periné, Laberinto E.L.C, Zatélite, AlcolirykoZ, Mojiganga, Calavera y la Popular Independiente, Providencia, entre otros; la oferta artística fue descentralizada y niños, adultos y jóvenes pudieron acceder a la democratización de la cultura.
En redes sociales, ya hay inquietudes sobre el tema Altavoz Antioquia y Antioquia Vive.
Gracias a Altavoz Antioquia se comenzó un intercambio con Altavoz Fest (Medellín) para que bandas de diversos lugares del departamento pasaran por el recital internacional: Adivarius de Urrao, Profania de Jericó, Kontrapiso Rap de Santa Bárbara, The Raza de Segovia, Threat de La Unión, ADN de Urabá, Intemperie de Granada y Juan Viajero de Fredonia, entre otros, hicieron parte del recital internacional gracias a la estrategia de circulación de los artistas de las regiones por fuera de sus municipios.
Sumado a ello, el Festival Internacional de Rock de Castilla y Hip 4 también acogieron agrupaciones de Altavoz Antioquia. De hecho, para esta edición 2016, como reconocimiento a esa importancia de dar tránsito a los grupos de municipios por fuera de Medellín, Altavoz Fest también realizó intercambios con los festivales de Viboral Rock (El Carmen de Viboral) y Rock al Río (Rionegro). Este año no tuvo intercambio con Altavoz Antioquia y por eso la organización recurrió directamente a las regiones y sus festivales establecidos.
¿Pero por qué no se realizó el intercambio si durante 4 años había fluido? Simple. El Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia al parecer no realizará Altavoz Antioquia ni los encuentros de formación Antioquia Vive en las áreas de danza, teatro y música; y este programa, los Antioquia Vive, han sido desde 2006 “espacios para el fortalecimiento de procesos pedagógicos y de proyección de las agrupaciones artísticas del departamento de Antioquia en las áreas de danza, música y teatro”, así lo registra el portal del ICPA.
Si bien ya han lanzado convocatorias como Estímulos y Circulación –que están en la obligación de hacerlo por la ordenanza No. 12. “Política Pública para la Cultura” sancionada en 2015-, lo cierto es que Altavoz Antioquia y Antioquia Vive no despegan. (Puede interesarle: Conozca la ordenanza Departamental).
La inversión durante estos cuatro años en Altavoz Antioquia según cifras del ICPA fue de $964.879.774 y se beneficiaron más de 22mil jóvenes en el departamento; Si comparamos con Altavoz Fest que por año puede invertir entre $1.600 a $1.800millones de pesos, queda algo claro: Altavoz Antioquia con menos de lo que invierte la alcaldía en un solo año, creó un programa y lo sostuvo con un alto impacto social durante 4 años.
Los artistas de Antioquia esperan una respuesta por parte de la administración departamental.
La pregunta es, para no seguir dando argumentos sobre la necesidad de estos espacios culturales en Antioquia, claves en la formación, creación, circulación y, producción, la cuestión es, puntual:
¿Piensa en “grande” la cultura y el patrimonio en Antioquia –como reza el eslogan- el ICPA y la gobernación de Antioquia cuando no dan muestra de querer continuar con dos programas estratégicos de la cultura del departamento?
Y agreguémosle: ¿Dónde están los jóvenes de Antioquia reclamando sus derechos culturales?
¡Qué viva la música parrandera! Pero que no se apaguen las distorsiones de las guitarras en Antioquia.