Por: Alexander Múnera
El tercer día de Altavoz 2010 se tardó un poco para llamar la atención en cuanto a presentaciones musicales se refiere. Dead Jessika tuvo un concierto modesto; El Sin Sentido no le alcanzaron los 40 minutos para despertar el interés de la totalidad del público que había para ese momento. Manigua 420 a pesar de su “solle” y apuesta sonora de reggae, electrónica, rock, entre otras tendencias auditivas tampoco le funcionó la formula.
Candy 66 desde Venezuela no hizo mucho en su puesta escena, derrochó gritos y emoción, pero al final no caló del todo, aunque se le abona su fuerza sonora. Lilith en cambio sí se preocupó un poco más por su espectáculo; con fuegos pirotécnicos, invitados y su sensualidad musical, pisaron fuerte en la tercera jornada del festival.
Los chilenos de La Mala Senda encantados por su primera salida internacional, no hicieron nada fuera de lo común en su toque pero es innegable que la gente disfrutó su concierto y que la banda dejó una buena impresión. Reptil, por otro lado, se imaginó una fiesta en el escenario y así se lo hizo sentir a casi todos los que estábamos el lunes en el internacional: sobredosis de baile y encantó sonoro fueron el coctel que nos ofreció esta banda.
La sección electrónica continuó con Dócil, por primera vez en el recital internacional de Altavoz y Trópico Esmeralda que repetía. Con Banda de Turistas de Argentina y Matute, la mayor parte del respetable estuvo atento a sus sonidos y los dos grupos fueron despedidos con aplausos casi de todo el cincuentenario.
Parlantes fue caso aparte, no necesitaron de un gran despliegue visual (con proyección de imágenes fue justo lo necesario) para que la gente cantara la gran mayoría de sus tracks y comprobaran de esta manera, que fue un acierto invitarlos al Festival Internacional.
Draco Rosa fue escuchado con mucho cuidado, algo de respeto y mucha euforia. De algunas mujeres escuche que sigue siendo “un melancólico repodrido” y de algunos hombres que “el man sabe lo que hace”. Lo que sentí yo después de verlo en Altavoz, es que fue un buen cierre de festival y un buen recital de poesía musical.
Altavoz 2010 se acabó y a pesar su derroche logístico y económico para que las bandas y todos sus asistentes se sientan en el segundo festival de rock más importante del país, no todos los grupos supieron aprovechar la oportunidad que les brindó su proyecto auditivo para hacer más que tocar canciones.
Hasta de dentro de una año ¡Altavoz! O como dijo Camilo Suarez de Parlantes, “hasta que la rueda nos vuelva a poner de frente.”