Relatos de la noche, la poesía y el rock

Santiago Arango Naranjo // @santiagocancion // 4 de abril de 2010

A Mario le duele tanto la vida que siempre está creando versos que lo ayudan a transformar su propia realidad tan cargada de su historia familiar, de los recuerdos de su padre, de las noches de insomnio escuchando música en su habitación o de las casi demenciales ‘rumbas’ que a veces parecen que no quieren se apaguen los ojos.

Amante fervoroso de Adiós  a Las Vegas, esa dolorosa entrega de amor protagonizada por Nicolas Cage y Elisabeth Shue, dueño único de su ‘poesía barata’ –como suele llamar sus versos- y creador del único bar que mantiene viva esa esencia de los pubs que otra época fueron genuinos en la ciudad: Retro Bar, Atmósfera Cero, Insomnia, El muro, El balcón, El pub –en sus buenos tiempos, Oxígeno Líquido, Pop & Wave, Paila mocha…

Líbido Bar es la reunión de la música y la fiesta hasta saludar literalmente el sol, es el encuentro de filósofos, realizadores audiovisuales, fotógrafos, músicos –de metal, punk, electrónica, indie, metal, reggae, hip hop-, universitarios y de todos los desposeídos de los prejuicios de una sociedad históricamente moralista como la paisa.

Hoy, HagalaU conversa con Mario Líbido de esas cosas que seguramente en su bar, casi nadie le pregunta.

Santiago Arango: ¿Cuál es tu nombre completo?
Mario “Líbido”: Tristeza, apellido cicatriz, más conocido como Mario “Líbido”.

SA: ¿Profesión?
ML: Licenciado en Lengua Castellana, poeta de la muerte, director y gestor del más dulce refugio para noches que no quieren ver el sol: Líbido Bar.

SA: ¿Cuántos años tenés?
ML: 28 años y 19 dedos.

SA: ¿Qué canción te hace sentir vivo y por qué?
ML: How Does It make you feel del grupo Air.  Me hace sentir así por la armonía de la canción y la representación e imagen que me origina: lamentos de ánimas o de muertos.

SA: ¿Por qué decís que soy un poeta de la muerte?
ML: En realidad no soy poeta.  Solo le escribo a la muerte.  Ya que para amar la muerte hay que amar la vida.

SA: Percibo que hay una afinidad, fijación o no sé como llamarlo, pero siempre aludís a la muerte.  ¿Qué encontrás de especial en ella?
ML: No es que encuentre algo especial.  Es la simple realidad que tiene que asumir cada ser humano, confrontar la muerte.

SA: Sé que también te gusta la música, la noche y el rock.  ¿Cómo llegaste al rock?
ML: Me llegó a través de los casetes a la edad de 9 o 10 años.  Por ejemplo, casetes de punk medallo y Juanitadientesverdes, Incesticide de Nirvana, entre otros.

SA: ¿Cuáles son las bandas que te ‘enloquecen’ el espíritu y por qué te llegan con sus letras, su sonido y en general con su propuesta estética?
ML: Es difícil decidir, pero me inclino hacia The doors y Nirvana, sin olvidar a Pink Floyd.  Estos grupos me llegan por las letras de Jim Morrison, el sonido agresivo de Nirvana y la puesta escénica de Pink Floyd.

SA: Y de Medellín, ¿cuáles son esas bandas?
ML: Quería que me hicieras esa pregunta sobre las bandas locales.  De aquí Frankie Ha Muerto y Juanitadientesverdes.

SA: Desde niño entonces tenés un lazo con la música, ¿fue el rock quien te llevó  a crear Líbido Bar, un espacio que se ha convertido en referente de las bandas locales, de la noche y sus noctámbulos  y a su vez de la ciudad?
ML: Claro, la música es el motor de mi existencia, mi trabajo y de lo que soy sin ser músico.

SA: Para muchos, Líbido Bar es un antro.  ¿Vos cómo lo definís?
ML: Una cosa siempre será lo mismo pero varía según la percepción de los seres humanos.  Entonces yo podría definir Líbido y podría ser o no lo que piensan los demás.  Pero Líbido es un lugar de diversidad y tolerancia donde no importa la clase social, ni el género, ni el color de piel, lo único que interesa es la diversión a través de la música y la danza.

SA: ¿Qué le ha aportado Líbido a la ciudad?
ML: Un lugar que demuestra noche tras noche que se puede convivir en armonía y que se compromete por mostrar las propuestas de las bandas locales.

SA: Para finalizar, ¿qué suceso ha cambiado tu vida?
ML: Hace 7 años me regalé de cumpleaños un paseo a Santa Marta y justo el primer día que llegué me electrocuté.  Resulta que me enrede en una ‘primaria de energía’ de 13200voltios tratando de cogerle la gorra a alguien que se le había enredado en un puente.  Después de ese suceso se abrieron las puertas en mi profesión y mi trabajo, es decir, me empezó a ir mejor.  Pero lo más relevante es que aprendí a amar la vida, la música y lo seres humanos.

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