Por: Alejandra Mejía Zapata
Diseñadora de Moda
Con el rock nació también una imagen ineludible e inseparable, que amalgama y cohesiona tan bien con el entorno, que finalmente permitió que se diera todo un ritmo social. El rock llegó con novedad, sensualidad, libertad, rebeldía; esa oposición se quedó, se posicionó y, como indeseable plaga, se multiplicó y conquistó muchas mentalidades. Generó pensamientos diferentes tan fuertes y resistentes que crearon un movimiento tan imponente que hoy es toda una apoteótica cultura.
Y lo que el rock le otorgó a la imagen, al vestido y a la moda, nunca se le quitará: la fuerza y extravagancia del glamur. Como ejemplo David Bowie, la diferencia, una diferencia muy novedosa; Jimmy Hendrix con la psicodélica como rebeldía; la censura del punk construida por el instinto natural de escapar a los estándares, estructurado en la vestimenta por la reina Vivienne Westwood y usado como nadie por los Sex Pistols, mostrando inteligencia y decisión.
La historia sonora y visual registró una serie de sucesos llenos extravagancias, excesos que desataron cambios sociales, políticos y religiosos. El rock catapultado por la imagen ha ganado un espacio liberador de represión, de costumbres moralistas aniquiladoras de mentes prodigiosas. El rock y su imagen, por su carácter insurgente, ha generado el rechazo y la exclusión, provocando ganas de cohibir, de apaciguar la inevitable verdad y la diversión.
Hoy, sigue su campaña, se muestra en cultura, en sensación, pura sensación y satisfacción. La moda rock logró establecer diferencias que más tarde conoceríamos como tendencias, logró depurar los estilos hasta conseguir uno genuino, identificable y que no solo transmite una visión, también inteligencia, fuerza, seguridad e independencia.
Con semejantes cualidades ¿cómo podría descartarse? Por el contrario se posiciona y el rock en pantalones de cuero, piel y metal, carmín y charol, parafraseando a Soda Stereo, logra el glamour. Sí, lo más glamuroso, como lo es de hecho un vestido de noche para la gala de los Oscar usado por Keira Knightley acompañado por una correa de taches puesta al revés al estilo neo Avril Lavigne, absolutamente rock o como Jessica Parker con sus plataformas y cinturones de taches piramidales ornamentos que se hicieron visibles solo por obra y gracia de los punks.
Así que no faltan más evidencias para decir que el rock ha cautivado al mundo y hoy es un referente tanto de propuestas de pronta moda. Se usa para coser ropa en todas las tallas, en todos los precios. Hasta ser indescartable para los diseñadores y casas de modas que hacen parte de la cúspide en la pirámide de la moda.