Acaba de llegar a mis manos el primer EP del grupo Mr. Bleat.  Y no voy a reseñarlo, tendré otro momento para esa tarea.  Pero me llega y empiezo a enlistar, mal contados, los discos que en lo corrido de 2010 han salido en Medellín y sumo 15 álbumes, todos con una característica: son independientes.  Lo mejor es que en ese grupo de propuestas encuentro nueva música colombiana, hip hop, salsa, metal, indie, punk rock, pop, electrónica, folclor experimental…

¡Me parece asombroso que en el transcurso del año ésto suceda y reafirmo mi sensación de la arrolladora marea de producción musical de este  momento histórico que atraviesa a Medellín!  Es más, como que me sacude un temblor, pienso en los video clips y concluyo que en promedio son 12 en el mismo periodo de tiempo.  Y ni hablar de los conciertos de grupos musicales emergentes o consolidados pero independientes…

Pero, ¿por qué el grueso de habitantes no se entera de esa producción? Y, ¿si es tan constante esa producción por qué no se afianza un mercado independiente? Siendo más atrevidos, ¿qué falta para que la ciudad dé ese paso que la constituya no desde la simple percepción sino desde la dinamización cultural y de industria  como uno de los ejes del desarrollo de la música nacional? 

Si uno mira en detalle sin necesidad de buscar microscópicamente como en un laboratorio, comprenderá que detrás de esos videos y discos están estudios de grabación en diferentes sectores, personas que se han especializado precisamente en grabar, empresas de realización audiovisual, y detrás de ellos ensayadores, tiendas de música especializadas, bares que se la han jugado por dinamizar el circuito local, net labels, medios de comunicación independientes, cajas de compensación, pequeños y grandes festivales, las universidades y un amplio número de actores del movimiento musical de la ciudad.

De ahí que puedan ofrecerse variadas respuestas a las preguntas atrás expuestas pero las sintetizaré en una: falta organización, encuentro-reconocimiento y acciones de los diferentes ‘parches’ que de manera autónoma gestan procesos de desarrollo musical en la ciudad.  Falta trabajo en red. 

Por eso, a partir de este breve contexto que no es palabra sagrada, celebro que llegue Un-convention, convención de música que se realizará los días 19, 20 y  21 de mayo en la ciudad.  La razón básica: hay producción y los actores del circuito se han cualificado gradualmente –cada quien como ha podido- pero hay que renovar conceptos, refrescar las ideas y es vital comprender las nuevas formas de crear y madurar mercados independientes. 

El cruce de aprendizajes, modelos de trabajo y experiencias que posibilita  Un-convention se funda como una alternativa que llega cuando la ciudad está dispuesta a seguir transformándose desde la cultura pero con visión de empresa.

Que se teja la red.  Por ahora quiero escuchar con calma el disco de Mr Bleat.

Por: Santiago Arango N.

Director HagalaU

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