Santiago Arango N.
De los discos de Tr3sdecoraZón tengo 2 favoritos: su ópera prima “No hay tiempo que perder” y este, su cuarto álbum, “Quietos todos”.
El primero porque marcó la ruta, es la génesis y con canciones como Qué se yo!? empezaron a trazar su camino; y el nuevo, porque es la comprensión de la madurez que ha alcanzado el proyecto, tanto en lo musical como en su proyección.
Los 2 álbumes intermedios, Cien por ciento y La vida sigue, son el terreno sobre el cual Sebas, Pipe y Jorge caminaron para llegar al momento actual, por eso esos trabajo desde mi perspectiva son el tránsito que recorrieron para aprender, equivocarse, alcanzar metas, conocer bandas amigas, construir su comunidad y crecer ellos como personas y músicos.
Lo anterior lo argumento porque este nuevo disco no se puede concebir como resultado de un proceso ajeno a la historia de la banda. Han estado en México, en Estados Unidos, Argentina, Perú, en diferentes ciudades del Colombia, han producido 14 video clips, han construido una de las comunidades más leales a un proyecto musical en Medellín y pues, entre muchas otras cosas… llegan a su cuarto disco. Todo lo anterior, con los encuentros y desencuentros, amantes y detractores (como en cualesquier oficio), diferencias al interior del grupo, relaciones con disqueras y entre un sinnúmero de variables, definitivamente, ¡gracias a toda esa experiencia presentan este disco que marca un quiebre para la banda! Léase a continuación:
En un minuto y 32 segundos el nuevo disco de Tr3esdeCoraZón se abre contundente. Así es, su primer tema es una declaración de amor a las canciones, los conciertos, al público… a su banda.
Coros pegadizos, sincronizados, una banda acoplada y ensamblada como un testimonio de su trabajo. Así suena este disco.
Generaciones reunidas: Elkin Ramírez y Sebastián Mejía, 2 épocas, 2 procesos distintos, 2 frontman con una unión: la música. Y cito a Elkin porque su participación es la ratificación de la importancia de lo diverso y de lo opuesto como factor de complementariedad en el arte y en la vida misma.
Y no voy a mencionar aquí las colaboraciones en cada canción, ni las voy a detallar, que cada quién saque sus propias conclusiones al escuchar el álbum. Lo que sí puedo argumentar es que Tr3sdeCoraZón es un grupo que se ha ganado con constancia, trabajo y dedicación, el respeto del público, de los medios de comunicación y de las bandas no sólo en Colombia sino también en el exterior. Por ello, no es gratuito que músicos como Elkin Ramírez de Kraken, Dilson Díaz de La Pestilencia y Marcelo Corvalán de Carajo, en otros, estén presentes en esta placa discográfica.
Tampoco voy a hablar de cada canción, cómo suena y demás, pues ya lo han hecho en otras reseñas.
Pero sí quiero decir que en el disco, sumado al acople de la banda y la buena ejecución, se percibe ese ánimo de rock, porque eso es Tr3sdeCorazón, una banda que hace rock –dejen atrás la pueril discusión de si es punk, punk rock, neo o lo que quieran- y se nutre de diversos sonidos: punk rock, heavy, metal, pop entre otros tintes, logrando proponer en este disco una apuesta por la expansión sonora, por la apertura musical presentada de frente pero sin perder su personalidad como banda.
Otro de los aciertos de este disco es que válida y consolida una poética propia hablando de temas cotidianos, cercanos a ellos y a la gente, con un lenguaje lleno de energía a veces, melancólico en otras pero siempre claro.
Me alegra honestamente escuchar este disco pues el grupo, considero, plasma un desarrollo, aunque el detalle que no me cuadra es la extensión pues puede llegar agotar en las últimas canciones y eso siempre implica el riesgo de repetirse. Según el criterio de la banda, yo hubiera quedado satisfecho con 13 o 14 canciones del disco.
Me hubiera gustado escribir sobre Quietos Todos! con el cuadernillo, mirando el arte, el diseño, auscultando en los grados de diferenciación de la pieza que entregan –el álbum físico-, viendo el label. Lo digo porque creo que eso da una mejor idea del álbum desde lo conceptual y como unidad, dado el momento actual donde cada vez se busca hallar un equilibrio entre todos los componentes de un grupo musical: video, música, arte, fotografía, diseño, conciertos, entre otros.
Creo que necesariamente en la discografía de una banda no es obligación que un álbum supere al otro. ¡Para nada! Cada álbum tiene una historia, unas motivaciones, un clima interior como decía el maestro Fernando González. ¡Eso sería como decir que el hermano menor no puede ser titular de un equipo de fútbol porque pone a chupar banca al hermano mayor!
Como fuese, este es el disco que sustenta la historia y la madurez de un grupo profesional, serio y con los pies en la tierra. ¡Qué buen disco!