Yeison Medina Medina.
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El 30 de mayo de 2009 no será olvidado por los amantes y fanáticos del buen metal antioqueño. En el Teatro Ateneo Porfirio Barba Jacob, a eso de las seis de la tarde se presentaron cinco colosos del metal local, cinco agrupaciones que con sonidos ácidos y voces desgarradoras pusieron a temblar hasta más allá de las once de la noche el lugar del encuentro.

Los motivos por los cuales los colosos se encontraron -y como los buenos caelatores de la antigua Grecia, esculpieron el metal de la mejor manera posible-, fueron el Metalmedallo correspondiente al mes de mayo, el cumpleaños quince de Porfirio Barba Jacob en calidad de teatro y los 25 años de natalicio del coloso mayor, Reencarnación.

El que inaugura la tarima y entona las primeras melodías dedicadas para el quinceañero Ateneo es la agrupación de metalcore Los Restos, que en compañía de una orquesta sinfónica la cual otorga un ambiente lúgubre y mortuorio, interpreta clásicos como Locos carniceros, Mary I, Libertad sin control y No la dejes. En la voz grave de Carlos Paniagua se escucha un metal crudo y enérgico que empieza a calentar los motores de todos los asistentes a los quince años del gran Porfirio Barba Jacob. Las melodías escuchadas de igual forma son dedicadas para el guitarrista de la banda Néstor Berrío, quien falleció el año pasado, en octubre.

En segunda instancia, llega al escenario un grupo con diez años de historia, que con líricas en inglés evocan la dura realidad por la que pasa el mundo en la actualidad. Daycore, encabezada por el vocalista y bajista Yasser Orozco, critican y señalan los acontecimientos violentos que afectan a la humanidad. Dark visions from the other side, War, World warfare competition y Unconscience retruenan en el teatro y empiezan a hacer efecto en las conciencias de los espectadores, pues la audiencia empieza a ejercitar sus cuellos con un constante cabeceo de arriba hacia abajo.
El thrash-death metal de Daycore, lleno de guitarras estridentes y distorsionadas, baterías punzantes y voces agudas poseen a los humanos de prendas negras que se encuentran distribuidos por todo el teatro. Consiente e inconscientemente los cerebros empiezan a moverse de una forma rápida y violenta. 

Media hora después, la agrupación nacida en Envigado, de temáticas ecologistas y conservacionistas del medio ambiente, Posguerra, incursiona en el escenario y con una combinación explosiva de metal y hardcore instaura en el lugar un ambiente pesado. Los himnos ecologistas agresivos y directos en la voz de Wilfer Estrada son coreados por la mayoría de los espectadores. Pogos unilineales se forman en la parte baja del teatro. Canciones como La ley del talión y Conflagración son bien aceptados por el público. Antes de retirarse, la misma audiencia llama a Posguerra para que vuelva a escenario, y con su clásico y legendario Ecocidio se despide de las tablas, dándole paso a los precursores del reciatl Metalmedallo, Athanator.

Jaime Ocampo en guitarra y voz, Enrique Ramírez en bajo, Eder Zapata en guitarra líder y Julián Mejía en batería, integrantes del coloso nacido en el año de 1989, Athanator, con su metal electrificante  irrumpe al escenario. Suicide souls, Metabolic damage, Walk down the dark, entre otras líricas hacen recordar a los asistentes el sonido tradicional del metal ochentero, que era una simbiosis perfecta entre enérgico y visceral. Asimismo, presentan el  nuevo álbum Architect of disaster que por el apoyo que recibe de los asistentes, augura que será una producción exitosa de la agrupación.

Reencarnación, el mayor de todos los colosos cierra  con “broche de oro” una noche de bandas míticas del metal local y nacional. El líder de la agrupación Víctor Raúl Jaramillo “Piolín” interpreta el metal más arcaico de la ciudad. Sus líricas empiezan a llenar de historia los oídos de todos los metaleros presentes, pues son 25 años los que Reencarnación ha labrado y los que está dejando al descubierto en el pequeño gran teatro de la calle 47.

Se empiezan a escuchar líricas que datan de 1984 y 1985, canciones hechas en el centro de la ciudad de Medellín y que llegaron a ser destacadas y disfrutadas por bandas internacionales legendarias del género, como lo fueron la agrupación thrash metalera alemana Kreator y la black metalera noruega Mayhem. Los oídos de todos empezaron a deleitar canciones míticas, abuelas del metal nacional, como Funeral del Norte, Fiesta o guerra, el Vuelo del ancla, Abrazo del oso, Armageddon, y por supuesto, el tema insignia, Reencarnación 888 Metal.

Con un aplauso unísono de todos los allí presentes y con gritos de felicitaciones para todas las agrupaciones de parte del público metalero se cierra el telón y los colosos desaparecen de las tablas. Acto seguido, las personas salen más que complacidas al haber tenido la oportunidad de ver, y más que ver, de escuchar en vivo a los gigantes del metal local. De apreciar a quiénes engendraron, erigieron, ensamblaron y propagaron lo que hoy llamamos Metalmedallo.

 

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