Diego Londoño
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Luego de toda la experiencia del disco anterior, sonado e interpretado en muchas ciudades del país, y del trabajo de autogestión como banda independiente desde el año 2003, La 45, agrupación de rock que nació inspirada en la popular calle del barrio Manrique en Medellín, donde el tango y Carlos Gardel tienen su lugar de culto en tierra colombiana,  lanza su nueva placa discográfica denominada “Canciones tristes y largos días”.

“Este disco es la muestra del talento  y la emoción que tienen las bandas de Medellín, sin hablar de la profesionalización del trabajo de cada una de ellas con el paso de los años; no dejan de sorprender, aún manteniendo la tristeza de las composiciones de Camilo. En general es un gusto encontrarse de nuevo con temas que tocan fibra como Todo lo que no sabes de mí, El amor no es para siempre y Canciones tristes y largos días II”, dice Camilo Gómez vocalista de Providencia.

El disco propone una estética basada en la soledad, la tristeza y el desamor, temas que son respaldados  desde su imagen y diseño, a la vez que explora matices sonoros que aunque en su disco pasado también se exploraron, en esta ocasión ofrece más investigación y atrevimiento, en lo que se refiere a la propuesta del sonido al que querían llegar. Incursionar por nuevos géneros en los que siempre habían querido fue como realizar un sueño de niños. “Para mí La 45 tiene la virtud de fusionar muy bien los ritmos colombianos con su rock, se crea un sonido auténtico e identificable, cosa que me parece indispensable al hablar de proyectar una banda”,  dice Juan Antonio Murillo saxofonista de Rey Gordiflón.

En el disco participan varios artistas de la escena musical de la ciudad como Sandra Moore, Lelo de Popcorn, Guido Isaza de Juanitadientesverdes, Andrés Rúa y Juan Antonio Murillo de Rey Gordiflón, Jesús David Llano “Chucho” de G-98, Pablo Domínguez de Coffee Makers, Tomás Uribe de Last Dawn y Alejo García.  Todos ellos demuestran que la banda está desprovista de egoísmos y vanidades y por el contrario manifiesta la tolerancia y el respeto por la diversidad musical.

Tuvimos la oportunidad de hablar con Gonzalo Hernández “Chalo” el baterista de La 45 sobre todos los pormenores del disco y esto nos contó:

Diego Londoño: ¿A qué le canta el nuevo disco además de las canciones tristes y los largos días?
Chalo: Le canta a las vivencias que hemos tenido en Bogotá, cuando hemos vivido allá o hemos estado por un largo tiempo. Ayudaba mucho la situación de la ciudad (el clima, la soledad, nada para hacer), entonces le cantamos a todo esto. Además Camilo por esa época estaba saliendo de una relación y se puso a escribir sobre lo que estaba viviendo en ese momento.

DL: ¿De qué se vieron influenciados para llegar a la materialización del disco?
CH: En la parte musical hay muchos géneros en los que nos vimos influenciados, como el bambuco, jazz, bossanova, salsa, rock. De pronto en el disco anterior se escuchó también un poco de todo ésto, pero en este se exploran más las raíces, por ejemplo el bambuco, suena más a bambuco.

DL: ¿Cuánto duró el proceso para sacar el nuevo disco?
CH: El proceso en sí ha sido de toda la vida, porque siempre quisimos un disco como éste, pero el proceso real desde que se empezó a componer arrancó en el 2006. Ya en el estudio, entramos en marzo de 2008 y salió en noviembre. Se realizó más que todo en estudio, por eso el proceso fue muy diferente al del disco anterior.

DL: ¿Qué cosas aprendieron del disco pasado que aplicaronn en este nuevo?
CH: La actitud, la manera de tocar, la maduración en los conciertos y los ensayos. En general lo defino como experiencia.

DL: ¿Cómo fue el proceso de composición lírico, armónico, arreglístico?
CH: Camilo compone el 99% de las letras y llega con una idea en guitarra y luego entre todos la acomodamos y empezamos a buscar  arreglos y ambientes.

DL: ¿Qué tanto aportó todo lo vivido en Bogotá al disco y al grupo?
CH: Lo que aporta Bogotá a una banda y es algo que le recomiendo a todas las bandas, es que ningún productor va a llegar a tu ensayadero a tocarte la puerta. Eso es muy difícil, puesto que ahora hay mucha difusión, infinidades de bandas. Les recomiendo a las bandas que se aventuren a buscar las oportunidades, no las esperen.

DL: ¿Cambió el sonido de La 45 con respecto al disco anterior?
CH: Claro que cambió, aunque sigue la identidad; vos lo escuchas y sabes de inmediato que es La 45.  El anterior es más crudo y acústico y es la base simple del rock (batería, bajo, guitarra y voz), pero en este disco hay distorsiones, muchos teclados, percusiones menores, invitados, cosas que llenan mucho la esencia de cada canción. No se si es madurez, pero si se siente un desarrollo con respecto al anterior.

DL: ¿Qué les ofrece el disco a las personas que lo escuchan o lo van escuchar?
CH: Es un disco muy sentimental, pueden encontrar en el disco mucha diversidad, hay tristeza pero también alegría, de pronto el que es muy rockero y muy cerrado puede encontrar canciones muy rockeras, al que le gusta el folclor puede encontrarlo igual con el tango, la música brasilera, el folclor colombiano. Es un disco muy diverso sin pretender hacer una fusión o una melcocha.
 
DL: Para terminar, ¿Qué sigue para la 45?
CH: Nos vamos a vivir a Bogotá nuevamente, porque allá está la industria, hay más movimiento. A Medellín la adoramos, es nuestra tierra, somos paisas y nos sentimos orgullosos de serlo y siempre lo vamos a sentir, pero acá vemos que se agotan un poco como las posibilidades de tocar, y sería tocar nuevamente en el mismo bar, con la misma gente y no quiere decir que estemos desagradecidos con ellos, al contrario esa gente fue la que nos dio el impulso para estar donde estamos, pero igual hay que abrir el horizonte, seguir tocando puertas. También está la posibilidad de ir a Argentina, Perú, Nueva York.

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