Jontre, Siguarajazz, Alejo García, Gordo’s Project, Remembrance Of Pain, La Montaña Gris, Volcánica, GP y un largo etcétera. Todos grupos locales, unos más reconocidos que otros, algunos con más trayectoria, pero todos con un escenario en común, el Teatro Matacandelas.
Alexander Múnera Restrepo
Un gallo dibujado por Mico el caricaturista, una noche bohemia, canta hace ya un año en la Calle 47 No. 43-47. Una idea que posibilita a los proyectos sonoros de Medellín –cualquiera que sea su tendencia auditiva- y de otros lugares geográficos del planeta, lanzar sus discos, presentar sus montajes y compartir su música con el público asistente. “…El sueño nuestro siempre había sido tener este espacio, un espacio digno para los músicos, que tuvieran una puesta en escena muy clara, que tuvieran su camerino, que tuvieran una frontalidad muy clara con el auditorio…”, dice Sergio Davila, curador de El Cantadero.
La fachada es de un color rosado casi fucsia que inevitablemente llama la atención del transeúnte y cuando traspasas la puerta, te encuentras con una pared llena de afiches publicitarios anunciando dramaturgia, música, cine, entre otros espectáculos artísticos. A la izquierda, el bar y más adentro, muchos objetos y cosas por ver: cuadros, mosaicos en el piso, luces regadas en el cielo raso, un balcón interior, una tarima… Todo ésto en el marco de una casa colonial de unos 120 años, que como sus baños impecablemente decorados, invita al arte y la creatividad.
Es allí, en ese ambiente de cultura y amistad, que surge El Cantadero Cabaret, donde la música y el teatro se juntan para regalarle a la ciudad un lugar en el cual la imaginación se toma el poder. Una casa de arte que tanto al músico como al espectador se le respeta, dándole la libertad de ser, de expresar lo que quiere decir sin ninguna clase de restricción. Camilo Ángel, baterista del grupo Volcánica dice a propósito de este espacio: “…Al Matacandelas lo hace encantador una buena lista: la calidez con la que sos tratado, gran terapia pre y post concierto […] físicamente, el espacio es perfecto para estas actividades culturales; y he estado en ambos papeles, receptor y transmisor del arte, así que puedo decir con certeza que es cómodo desde los dos lugares.”.
Hagala U ¡No pase de largo! siempre! ha sostenido que una banda se hace tocando y eso precisamente es lo que posibilita un proyecto como El Cantadero, “tener horas de vuelo”, presentarse ante un público y de ahí evaluar su performance y el nivel de representatividad de su música en tarima. Algo importante de resaltar, es que el Matacandelas a petición de algunas bandas como Puerto Candelaria, Tierra Adentro y Triaje, las ha asesorado en su puesta en escena y curvas dramáticas para espectáculos particulares, giras o el lanzamiento de sus nuevos discos.
Pero este proyecto no sólo beneficia a la escena local y nacional, sino que por igual, también retribuye al mismo teatro y así lo confirma Sergio Davila: “nos enriquece cultural y espiritualmente; […] disfrutar los conciertos más variados y ha permitido que el Matacandelas también sea un punto de referencia para procesos culturales en la ciudad y eso es más importante para nosotros aún”. Más de 50 grupos presentados en este teatro durante el año que lleva funcionando el proyecto, más de 5mil personas (entre teatro y El Cantadero) como asistentes en lo que va corrido del 2009, todos los géneros musicales (desde clásica hasta black metal), entre otras cifras, demuestran la relevancia de un espacio que la ciudad demandaba y que gracias a los sueños y el arte, ya está con nosotros.
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