¿Cuál es tu tipo de banda?, ¿qué clase de músico sos?, ¿cómo querés crecer con tu banda?

Antes de dar la respuesta que sea, lo primero que se debe tener en cuenta es la clase de personas que integran el grupo: desleales, trabajadoras, honestas, profesionales, corruptas, éticas, que generan pensamiento y crítica constructiva o que atacan con el único fin de dividir y destruir, que son capaces de insultar a otra banda cuando están en escenario o que todo lo contrario promueven la diversidad como valor clave de la universalidad, que son capaces de afectar el monitoreo de una banda…. 

Y es que estas son preguntas que día a día deberían formularse  los músicos de la ciudad y en general todo aquel que elija hacer canciones en cualesquier resquicio del mundo.

Decimos que es clave hacerlo a diario porque HagalaU en su ejercicio se ha encontrado grupos que para ir a tocar a otra ciudad no lo hacen si no le garantizan una caja de cervezas como requerimiento, así les paguen, les den los tiquetes aéreos y todos los gastos normales relacionados con un show.  O peor aún, conocemos agrupaciones que van de gira con otras bandas de la ciudad y ni siquiera se saludan en camerinos.  Sin ir muy lejos, conocemos la historia de rodies que pelean si no los dejan ir en la Van del transporte  del lado de la ventanilla (para poder mirar el paisaje).

Los anteriores son ejemplos sencillos pero de suma importancia para que un grupo funcione.  Más importante aún: las bandas son las células de un cuerpo llamado circuito.  ¡Qué cada agrupación se maneja y se desarrolla de manera autónoma e independiente? ¡Claro, así es y debe ser!  Pero algunos se equivocan en acciones como las arribas citadas.  Se olvidan de que son antes que nada personas, gente, que su misión es crear y posibilitar miradas alternas a la realidad o lecturas de la misma desde un punto de vista particular, crítico, romántico, político…

Ahora, las preguntas también aplican para los técnicos de sonido que son staff de bandas, para los mismo rodies y managers, en sí, deberían ser consideradas por todos los involucrados en el equipo de trabajo de un grupo. 

No se paren en la cabeza de nadie para lograr que su sonido prevalezca. 

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