@santiagohagalau
Alfonso Espriella presenta en este 2012 su canción “La viuda negra”, segundo sencillo de su disco Ánima, una pieza “densa y profunda, cuya poesía retrata las fuerzas encontradas que vive el hombre en relación a la energía femenina; por un lado el deseo de poseer y consumarse en dicha energía y a la vez el miedo a ser devorado y perderse en ella”, afirma el artista.
Tras su disco “Trazos de ser” (2009), este auténtico cantante de rock alternativo en español, logra plasmar mística en letras que conmueven y que se acompañan de un sonido rudo y voraz, dulce y venenoso, rabioso y cándido como la dualidad del mar. Con una dosis vital de rock, HagalaU conversó y se acercó al trabajo de este artista.
Hay canciones muy bien interpretadas pero sin alma, y en el caso de Alfonso, tanto la ejecución como el alma sobresalen y emocionan, ¿cómo definiría la esencia de su música?
El sentido que la música ha tenido en mi vida es precisamente esa capacidad que tiene para moverme internamente o conmoverme; hacerme sentir cosas, “hablarle” (sin necesidad de palabras, aunque las letras son un apoyo) a mi sensibilidad. No es algo racional o intelectual; es mas íntimo que la mente. Es una experiencia que se vive en lo mas inmediato del Ser y es contundente. Hay un movimiento vital que ocurre con la música. Cuando esto no ocurre sencillamente no me intereso en ella.
Así que la esencia de mi música es esa necesidad vital de moverme y mover a la gente a ese nivel sensible, interno, íntimo y claro, con alguna que otra adrenalina rockanrolera.
Leonard Cohen aprendió sus acordes gracias a un completo desconocido que se los enseñó para luego desaparecer y suicidarse, dejándole sin saber unas bases sólidas para su futura carrera. En esa perspectiva, vos, luego de estar en Altavoz, Rock al Parque, Estéreo Picnic, compartir con Slash escenario, entre otros logros, ¿a qué y quiénes le agradecés especialmente porque te han guiado por la ruta de la música?
A los 8 años empecé a tocar piano con un profesor llamado Juan Carlos Rodriguez. Era un excelente profe y supo encarretarme lo suficiente con el instrumento como para que yo me mantuviera firme con las clases, estudiara las tareas que me dejaba y quisiera ser bueno. Fue así como me volví un pianista competente y creo que es ahí donde están gran parte de mis bases musicales, ya que el piano me ha servido para componer, arreglar canciones, comprender la armonía y para apoyarme al cantar.
Escucha la nueva canción de Alfonso Espriella, “La Viuda Negra”:
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