La oferta laboral para los grupos independientes sigue siendo estrecha y compleja. ¡Ínfima!
El ingreso monetario más alto para un grupo se da gracias a los conciertos. Y entonces miremos las opciones más comunes para ello:
-Que los contrate un productor de un concierto para que le abran a un artista internacional.
-Que toquen en festivales.
-Que ellos mismos organicen el concierto asumiendo sonido, logística, promoción, permisos y demás.
En los dedos de las manos se pueden contar los primeros 2 casos. El primero, deja un año con saldo en mora. El segundo: ¿cuántos festivales existen en la ciudad y en cuántos de estos les pagan a los grupos? ¿Altavoz y en cuántos más? Ah, el Banda Ancha Rock Festival, que según sus organizadores se acabó. Viboral Rock, no, no les pagan… Y los gastos de Metalmedallo alcanzan para cubrir los gastos fijos así que no queda para pagarles a los grupos.
Por todo lo anterior, es evidente que la tercera opción es la más viable –parece la única- y ejecutada. Sumado a ello, la venta de los discos ha caído también para los músicos locales porque no hay criterio del público respecto a la compra de discos como una inversión. Además, porque prefieren comprar un disco quemado de un músico local por $3mil pesos envés de pagar los $15 o 20mil.
¡Pero no seamos llorones! Los grupos venden también parches en $3mil, o botones en $2mil, o camisetas en $12mil. Pregunta: ¿cuántos botones y parches se tendrán que vender en un mes para poder pagar el arriendo, ir al médico, comer, comprar los tenis y la chaqueta que tanto se he anhelado, pa’ estudiar y que quede pa’ chupar cono con la noviecita?
En una ciudad como Medellín, ¿de qué viven los músicos que se quieren dedicar a la música?
Ah, claro, que empiecen a jugar chance.