El cinco de abril de 1980 R.E.M. tuvo su primer concierto oficial. Y justo antes de celebrar el aniversario número 40, se publica la noticia del fallecimiento Bill Rieflin, baterista de la banda entre 2003 y 2011. Para celebrar la vida y la música de los georgianos, aquí nuestro buen amigo Luis Grisales recuerda de manera sentida, su concierto de 2008 en Bogotá.
Por Luis Grisales // @Sr_Grisales
Hace 40 años, un grupo, aún sin nombre, hacía su debut en público en St. Mary’s Episcopal, una iglesia abandonada en Athens, Georgia. Este cuarteto, conformado por Peter Buck, Mike Mills, Bill Berry y Michael Stipe, pega un cartel para que los espectadores al “Evento sin Igual” propusieran un nombre. ‘Twisted Kites’, ‘Cans of Piss’ o ‘Slut Bank’ fueron algunas de las alternativas, afortunadamente ninguna de ellas funcionó. Ellos quieren un nombre que esté abierto a diferentes interpretaciones y finalmente la banda es bautizada R.E.M.
Los conocí gracias a una reseña del Reckoning, su segundo extenso, que aparecía como la gran novedad en una revista de música que me trajo desde EE.UU Figaredo (Gustavo Fernández), compañero y gran amigo en el colegio de San José… Aunque no lo crean, internet no existía y cosas así, Billboard, Rolling Stone, American Top-40, Top of The Pops eran nuestro contacto musical con otras latitudes.
Más tarde llega a mis manos el vinilo importado de Document y con él, la sensación de encontrar una banda que cambia mi vida. A partir de ese momento han sido muchos los días en los que Stipe & Co. me han acompañado, muchas noches brincándolos y otras tantas en mi egoísta menú de DJ. Jamás pasó por mi cabeza que los iba a ver en vivo; pero ese día llegó, casi 20 años después, el 29 de octubre de 2008.
Luego de ver a The Mills y a The Mars Volta, literalmente ver porque el sonido del Coliseo El Campín (Movistar Arena) para ellos fue desastroso, con Living Well Is the Best Revenge comienza oficialmente la parada colombiana del R.E.M – Tour 2008. Fueron algo más de dos horas en vivo en los que, cuando todos pensábamos que había llegado a su cúspide, Stipe pregunta al público que si querían más R.E.M. Finalmente Bogotá quería más R.E.M y sobretodo, R.E.M quería más Bogotá.
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Sin duda, el concierto más emocionante de mi vida. La prensa habló de 4 mil espectadores, poco público para una banda de ese talante, pero finalmente quedo esa sensación de ser un ritual de amigos y compinches. Estábamos todos los que teníamos que estar. Bueno, faltó alguien… pero eso es otra historia.