Cuando “nos sentimos en la canción, nos sentimos mejor…”
La música ha sido tan importante en el desarrollo y en la comprensión del universo, en las relaciones humanas y en los temas del alma, que siempre ha ocupado un lugar imprescindible en la discusión de las artes y sus implicaciones en la vida. Por ello, hoy y a manera ilustrativa, citamos la segunda parte del texto titulado “Algo que nos nutre” escrito por el músico, docente y filósofo Víctor Raúl Jaramillo, líder de la agrupación de metal de Medellín, Reencarnación. Estas líneas, bien pueden considerarse como un ensayo o un manifiesto, aunque lo más significativo, es el valor de libertad intrínseco que queda cifrado en él, como resultado una vívida experiencia sumada a nombres y sonidos como Bach, Platón, “sistema de interpretaciones” o rock.
Por: Víctor Raúl Jaramillo
II
“El tema de la música es la música misma. La música, por no ser una de las artes representativas, no se apoya en algo exterior a sí misma, (aunque existe el caso de la música visual y de la música descriptiva). La música es abstracta y en su interior están todas las formas y los contenidos, los oscuros abismos y las resplandecientes cimas, el cielo y el infierno, lo femenino y lo masculino, el diálogo de los opuestos, la dialéctica de la repetición y la continuidad. Como diría el violinista Yehudi Menuhim: “Sólo explorando los extremos podemos aprender a ubicarnos en el justo medio”.
Pero referente al hecho mismo de la música, cabe decir que puede ser expresiva, comunicativa, conmovedora e inspirada, pero rara vez es accidental. Antes que el lenguaje ya teníamos la música. Los tambores, las piedras contra las piedras, el grito sucesivo de los cazadores. En la música podemos encontrar todo lo que el hombre es, vivimos imbuidos en el mundo de los sonidos.
Un automóvil, la sirena a media noche, un radio, la carrera de los estudiantes por los pasillos, los estornudos en la sala de conciertos, el niño que llora, las bombas en la guerra, la sangre en las venas, el público después del gol; todo esto es descubrimiento e independencia de la música, la que tranquiliza a la familia en una tribu indígena, la que promueve una revolución, la que agiganta el pensamiento y la comprensión de quien escucha. La música a través del canto primitivo y en conjunción con las palabras nos lleva a concebir una tierra que nos pertenece y que sentimos como nos sentimos nosotros mismos.
Nos sentimos en la canción, nos sentimos mejor. La música tiene muchas posibilidades: en una cinta cinematográfica “ayuda” a la comunicación de la imagen. Algunas veces la explica, otras, la libera: sin embargo muchas veces no nos damos cuenta que hay música “detrás” de la película, lo que no ocurre en la sala de conciertos donde el silencio es su mayor aliado. Ante todo la música es expresión de lo nuevo, o mejor, de lo conocido en forma nueva, donde por primera vez se unen lo sonidos.
También está la música para las fiestas paganas y la música sacra, y está el genio musical como el de Mozart y Bach, y el significado como el de la entrada a la quinta sinfonía de Beethoven: “así golpea a la puerta el destino”. El lenguaje musical no es monolítico, en su interior se combinan especies diferentes. Existen múltiples variaciones, maneras para acercarse a la música, para componerla; existen sistemas: tonal, dodecafónico, serial; también hay estilos, vanguardias, tradiciones, tendencias y convenciones que han hecho de la música un lenguaje universal.
La mayor experiencia que se pueda haber tenido está ligada a la música, los grandes sucesos de la historia los “relata” la música. La música está al servicio del hombre, “la música se refiere ante todo a nosotros mismos, es nuestra identidad”. Es el camino para conseguir el dominio de nosotros mismos y la prudencia, la valentía y la generosidad. Shakespeare lo decía en El Mercader de Venecia: “el hombre que no lleva la música en sí mismo y a quien no le conmueven los acordes de dulces sonidos, es apto para traiciones, estratagemas y maleficencias”.
III
Rock, punk, hard core, metal, presencias que se encumbran en la presente cultura plural. Decía un amigo: si no fuera por el rock, ya me hubiera matado. Búsqueda de sentido, emancipación, beligerancia eléctrica que copula con los dioses de una nueva época. Simbólicamente lo protagonistas de esta nueva energía creadora mueren, se suicidan, asesinan, transforman, destruyen para construir el ejercicio de la mancha negra y la furia. Por esta razón los ves en todo momento y lugar, como si no fuera con ellos. Ya sus temas acusan la hipocresía y el celibato del pensamiento. Siguen indirectamente a los poetas y su herencia como creadores. Y eso precisamente es el rock y sus derivaciones: Creación y viento huracanado que derrumba a los imbéciles”.