“Música gangosa”, “de chascarreo”, “de chacota” y “de repostería”. Así califica Juan David Márquez la música de su alter ego El Juanda. Con sonidos guitarreros, letras desprevenidas y un llamativo baile, fue creando la personalidad de un personaje que partió del simple ejercicio de componer canciones para divertirse y decir cosas que pocos se atreven a cantar con solemnidad, y como todo creador de imagen en movimiento, empezó a regalarnos videoclips con una serie de aventuras cotidianas que hacían justicia a lo que cantaba. Así, cada ciertos meses (no muchos), El Juanda nos sorprendía con una nueva entrega de su música. Y como dicen en la calle, “songo sorongo” ha publicado 8 canciones en menos de dos años.
https://www.youtube.com/watch?v=ibtkN-tXHkU
Así, un hombre alto, con un pasamontañas que siempre le cubre los ojos y una voz resonante, nos canta cosas como “hoy ya no me entro porque ahora vienen las del centro”, o “mejor vente para acá que estoy solita y yo le dije voy”. Incluso “a mí no me gusta pero ella me encanta, y de ti yo me acuerdo pero el diablo es puerco”. Pensamientos que a veces se pueden pasar por la cabeza de cualquiera, lo que se imagina pero que rara vez sale de ahí. Conversaciones de bar, de parque, en la noche.
Para un festival que refleja el sonido de la calle, las letras de El Juanda aportan esas historias contadas con picardía pero con inocencia, la agilidad y la agudeza de quien piensa rápido y habla sin mucho filtro, los sonidos que tienen en alguna parte de su génesis el pito del carro, el pregón del vendedor ambulante, el sonido de la avenida Oriental en hora pico, el murmullo que se escucha en un bus. La música de El Juanda tiene ese ingrediente secreto que, al escucharla, nos hace pensar en Medellín.