Durante más de dos horas, la banda mexicana ofreció un concierto histórico que inyectó vigor al rock colombiano. Saúl Hernández, Diego Herrera, Alfonso André, Rodrigo Baills y Marco Rentería, ritualizaron este concierto que recibió público de otras latitudes como Pereira, Bogotá, Cali y de países como Perú. El show fue una oda a la fraternidad.
Santiago Arango Naranjo // @santiagocancion
“Antes de que nos olviden, haremos historia”, cantaron al unísono las casi 10 mil personas que colmaron La Macarena para el regreso de Caifanes a Medellín. Y sí que marcaron un hito, pues el grupo agotó boletería y el público vivió una fausta ceremonia musical que convocó a tres generaciones.
Ese sold out no fue gratuito. La relación de Caifanes con Medellín ha sido larga y de diferentes formas, según la época. Se clavaron en el gusto de la gente con La negra Tomasa, canción que abrió la puerta de la radio en una etapa de expansión del rock en español a finales de los años 80. Fue tal el impacto de esa canción, original del cubano Guillermo Rodríguez Fiffe, que incluso, también, sonó en las emisoras tropicales de esos días.
Batería de Alfonso André antes del inicio del show. Foto: Giovanny Rendón.
Y en parte gracias a ese éxito, Caifanes fue incluida en la campaña Disco Afiche de gasesosas Postobón, donde, también, aparecieron Raúl Porchetto, GIT, La trinca, Mecano, Pasaporte y Joaquín Sabina. Esa campaña consistía en la publicación de un vinilo 7” de 33 ⅓ RPM, que incluyó las piezas musicales Amanece y Mátenme porque me muero. Tras esas canciones -que además integraron el disco debut de la banda-, llegaron himnos como La célula que explota, Los dioses ocultos, Nubes o No dejes que, obras de sus discos Caifanes Vol. II (conocido como El diablito) y El silencio.
Caifanes participó en la campaña Disco Afiche de Postobón, año 1989.
Pero fue en plena promoción de su cuarta placa, El nervio del volcán de 1994, ese año, cuando el hoy quinteto visitó por primera vez la ciudad en un recital que reunió un cartel diverso: El Combo de las Estrellas, Inner Circle y Rubén Blades. La entrada fue con tapas de las desaparecidas gaseosas Link. Luego, su segundo show en tierras paisas fue en 1995 en una gira donde Aterciopelados los acompañó; y tras la disolución de Caifanes ese mismo año, el más reciente show de los mexicanos había sido en 2007 como Jaguares cuando cerraron la cuarta edición del Festival Internacional Altavoz (también estuvieron en Rock al Parque 2005).
En ese lapso, entre 1995 y 2007, la legión de seguidores paisas de Caifanes se conectó con Jaguares y cultivó su amor coleccionando su discografía en formato vinilo, casete o en disco compacto. Paralelo a ello, sus canciones clásicas nunca dejaron de sonar en la radio alternativa de Medellín, en los bares y programas de videoclips locales. Además, Jaguares siguió interpretando el repertorio de la ‘raza’ conforme a los nuevos discos y canciones como Dime jaguar, Así como tú, La vida no es igual, Fin, Tú, Hay amores que matan o Entre tus jardines. Como elemento adicional y fundamental, la piratería, el Mp3 y la aparición del modelo de la hipermúsica que posibilitó la entrada de plataformas y redes como YouTube, Itunes, Spotify y la ampliación de la cobertura de acceso a internet, ayudaron a que el legado no pasara al olvido y muchas más personas se conectaran con su repertorio.
Pasados los años, aunque como Caifanes habían regresado a Colombia en 2012 y 2019 (con dos llenos del Movistar Arena), fue solo hasta ese año que se conoció su arribo de nuevo a tierras paisas para 2020. ¡Pero llegó la pandemia! Y el concierto se pospusó dos veces, durante dos años.
El público cantó con fervor las canciones de Caifanes. Foto: Giovanny Rendón.
¡Y llegó el ritual!
“¡Gracias, Medellín! Inolvidable y poderoso ritual. El aplauso es para ti, raza”. Con esas palabras, Saúl Hernández, vocalista del grupo Caifanes, agradeció en sus redes, la ceremonia musical que se vivió el pasado jueves 17 de marzo de 2022 en La Macarena.
Fueron en total 24 canciones que recorrieron toda su discografía, entre ellas, tres del repertorio de Jaguares: Detrás de los cerros, Las ratas no tienen alas y Te lo pido por favor. El grupo abrió el show con Los dioses ocultos para luego, desplegar una lista de canciones que incluyó Nubes, Nos vamos juntos, Hasta morir, Miedo, Afuera, Piedra, La negra Tomasa y Aviéntame.
Durante el desarrollo de la presentación y como es característico en sus actos, Saúl Hernández invocó y respaldó el poder transformador de la juventud, recalcó la necesidad de apoyar las bandas locales, aplaudió el fervor del público y exaltó el amor, el respeto y la dignidad humana.
Como punto aparte, fue plausible el homenaje a Colombia y sus luchas sociales, apoyados para ello en imágenes y frases del fotógrafo Jesús Abad Colorado. Ese momento del concierto fue congruente con el discurso de esta banda que abiertamente ha rechazado los feminicidios, la corrupción y el abuso estatal, algo que siempre ha denunciado en canciones tanto de Caifanes como Jaguares, a través de títulos como Aquí no pasa nada, El comunicador, Aquí no es así, Estoy cansado o Un mal sueño.
Caifanes hizo un llamado al respeto por el otro y por la dignidad humana. Foto: cortesía.
El balance interpretativo que da la experiencia, la capacidad de crear atmósferas sonoras y visuales, el discurso claro de una banda por excelencia solidaria y comprometida con el arte, sumado al magnetismo del público, todo se entremezcló como pócima sanadora de un concierto inolvidable e histórico, un recital que avivó la pasión por el rock colombiano y latinoamericano.
Pero, ¿cómo vivió el público el concierto? Estas son algunas opiniones:
“¡Gran concierto! Además de su impecable presentación, hicieron un reconocimiento a las luchas que se viven en nuestro país, una invitación para seguir haciéndolo. Gracias”. Jhon Foronda.
“Fuimos miles de almas en ritual, unidos por la música. La ilusión de verlos nos mantuvo vivos estos dos años. Gracias a Saúl, gracias Caifanes, que nuestro amor sea eterno”. Martica Alzate.
“Ni mi corazón, ni mi cuerpo, ni mi espíritu, ni mi conciencia, podrán ser capaces de expresar la dicha de poderlos escuchar y vibrar, de poder compartir espacio y tiempo juntos. Gracias por hacer historia, gracias por la atemporalidad de su música”. MarxiBalba.
Saúl Hernández agradece la pasión y el afecto del público en Medellín. Foto tomada del Facebook de Caifanes.
“Un concierto para la historia, apoteósico. Muchos ingredientes para resaltar: la entrega del grupo, la energía de los asistentes, los recuerdos, el lleno total, una noche fantástica nos entregó Caifanes. Un ritual hermoso. Inolvidable”. Flaco Trujillo.
“¡Qué brujo Saúl! Qué gran lección, hermoso homenaje a la vida, a los sueños y a lucha en Colombia, increíble concierto”. Andrea Marín
“¡Conciertazo! Caifanes nunca falla, siempre son conciertos inolvidables. Viajé desde Bogotá y quedé gratamente sorprendido por la acogida y por la entrega de los fanáticos paisas”. Giovanni Mayorga.
Diego Herrera y Marco Rentería. Foto: Giovanny Rendón.
Finalmente, hay que decir que el concierto de Medellín fue apoteósico. Una ceremonia para recordarnos a través de la música, que es posible construir en colectivo, soñar y avanzar como sociedad. No importaron las fallas al ingreso y que se presentaron en un momento determinado, ¡qué inolvidable ofrenda al amor, a la resistencia y la esperanza!
El siguiente fue el repertorio completo interpretado en Medellín: