En un momento histórico para la población LGTBIQ+ en el mundo, HagalaU sugiere una conversación sostenida con Karla Martínez de ‘La Badband’, Celeste Betancourt y Simón Hoyos de ‘Cuchas’ acerca de la música con temática de género que se hace en Medellín, las reflexiones que se generan a partir de ahí, sus fortalezas y faltantes.
Por Alexander Múnera Restrepo // @_AlexanderM
Matices sonoros, color, creatividad, rabia, derechos, dignidad, juego, tolerancia, inteligencia, sugerencia, política… Aunque no sea de manera directa (con letras explicitas), la música LGTBIQ+ siempre ha estado presente en nuestros oídos, bien sea con artistas abiertamente diversos o con aquelles que no necesariamente hacen públicas sus preferencias sexuales.
El ecosistema de músicas independientes de la Medellín no ha sido ajeno a estas tendencias. Con el feminismo, como un primer impulso de las luchas por los derechos civiles; y en párelo, pero una forma menos visible, la reivindicación de la diversidad de género.
Fotografías (interior y portada) de Yojan Valencia.
Es así que proyectos sonoros como Orus, Fértil Miseria, LILITH, Aghata I, Celeste, Cuchas, La badband y un largo etc… directa o indirectamente, algunes con más tiempo que otres, han reclamado la igualdad de género y la aceptación de la diversidad, de lo no binario.
Consientes en HagalaU se la presencia histórica de esta multiplicidad en la música de la ciudad y del momento coyuntural de apertura que está viviendo la población LGTBIQ+ desde todo punto de vista, quisimos reflexionar, con la ayuda de tres artistas reconocides del Valle de Aburrá, acerca de su música, fortalezas y faltantes.