El monólogo, dirigido y protagonizado por Sergio Dávila Llinás es una adaptación de la novela del escritor William Burroughs. Un novelista caracterizado por sus sátiras y críticas sociales al gobierno estadounidense. La temporada se realizará los próximos 16 y 17 de febrero en el café Ateneo Porfirio Barba Jacob –sí, en el café, no en el teatro-.
Cuando pensamos en un almuerzo desnudo, a muchos lo primero que se nos viene a la cabeza es… la desnudez. Pero esta obra va mucho más allá de quitarse la ropa y de hecho, no tiene nada que ver con ello, ‘El almuerzo desnudo’ es una metáfora a “ese momento frío en el que las personas ven la punta del tenedor antes de metérselo a la boca”, una analogía que realizó Jack Kerouac, otro gran escritor y amigo de Burroughs quién le dio título a la que sería la obra maestra de este autor.
Dávila describe la novela como una “muy extraña, anti-aristotélica, no tiene ni pies ni cabeza, pero es la novela que muestra nuestro estado mental real”. La obra es una nueva etapa en la carrera del actor, pues después integrar el elenco oficial del Teatro Matacandelas durante 15 años, donde no solo fue actor, sino músico, productor y director de arte, que además le sirvió como aprendizaje en dirección escénica. Después de 15 años que es aproximadamente lo que debe estudiar un director de orquesta, “me pareció que era el número indicado para salir a dirigir mi propia orquesta, que soy yo”, agrega.
¿Por qué ‘El almuerzo desnudo’? Aunque Sergio ya había intentado adaptar la obra 10 años atrás, por motivos de madurez y falta de otras lecturas, no alcanzó el punto esperado, según el actor, “porque este almuerzo desnudo no se digiere a la primera lectura”. Pero esta obra literaria siempre tuvo un gran impacto en la vida de Dávila, principalmente por todo lo que trae detrás y la importante influencia en la cultura pop y en el rock.
La obra es una metáfora sobre qué es lo que viene: de la realidad, del estado, de la guerra contra las drogas, la pena de muerte, la homosexualidad, la pornografía, habla sobre todo lo prohibido, pero lo que hace Burroughs es desnudarla, es coger la verdad y ponerla tal y como es.
Adaptar una obra que ‘no tiene ni pies ni cabeza’ no es un trabajo fácil y requiere de un nivel de lectura -o más bien lecturas- diferente y más pensado a lo que quiere y entiende el público; al respecto Sergio sostiene que “para poder hacerlo bien, al contrario de lo que pensé en un principio, hay que estar es encerrado escribiendo y estudiando. La primera vez que la adapté, fue de una lectura ingenua de adolescente y esto fue lo que esa adaptación me enseñó”. Ahora 10, años más tarde lo aborda con otra mirada, con la necesidad de volver al teatro y a la actuación, pues llevaba varios años solo dirigiendo y escribiendo.
Lo más importante para Dávila es que el público que va a ver la obra y que en su mayoría no ha leído a Burroughs y probablemente no lo hará, entiendan lo que están viendo. “El almuerzo desnudo” no es una novela escrita para la gran mayoría a pesar de que el tema que él maneja sobre el control de las drogas es muy pertinente. Hoy además cuenta con las ventajas de la tecnología actual que le permiten realizar todo el trabajo de dirección, luces, sonido y además actuar, “los medios de comunicación y las redes me dieron la narrativa para la obra”, agregó.
Burroughs, quien fue cómplice de Kurt Cobain, Debbie Harry o el mismísimo Leonard Cohen, tenía en su sangre el rock. “El almuerzo desnudo” es una obra de una hora de duración llena de matices, que muestran la crudeza y decadencia que caracterizó las obras de Burroughs. Será presentada los próximos 16 y 17 de febrero, y este segundo día al finalizar la obra, el actor Sergio Dávila ofrecerá un conversatorio acerca de Burroughs y el rock.
La invitación está hecha. ¡No pasen de largo!