Balance Altavoz Fest 2015

Terminó la cita anual de Altavoz Fest con un tercer día rico en matices y claro que allí estuvimos, ¡HagalaU no pasó de largo!

Desde el indie y el brit de La Fidel con un show impecable, pasando por la simplicidad y experimentación de Catfish; sumado a ello, el rap, el funk y el rock de LosPetitFellas que arrasó con la energía de su vocalista Nicolai Fella; además, el histrionismo de Perros de reserva, el pop de Pedrina y Río y el tropikalismo salvaje de Jaibanakus.

Pedrina y Río brilló con su pop alternativo en el Escenario Fest de Altavoz 2015.

A lo anterior, se sumó el punk rock experimentado que armó pogo con Calibre 38,  el vanguardismo y la búsqueda sin etiquetas sonoras de MULA; incluso, el desafuero de No señal, proyecto que promete como una de las bandas emergentes con mayor potencial; el tercer día cerró con la algarabía y el baile gypsy punk de Gogol Bordello.

Por eso, finalizado el certamen, es hora de realizar un ejercicio reflexivo  y constructivo de lo que nos deja esta versión a partir de tres miradas que proponemos: aprendizajes, logros y puntos a mejorar.  Son muchos los que se pueden resaltar, nosotros los invitamos a leer y a opinar sobre algunos que proponemos.

Logros

–       El escenario para este 2015 fue el Aeroparque Juan Pablo II y hay que decir que funcionó: un lugar cómodo para los asistentes, de fácil acceso, un sitio central en la ciudad y con una buena distribución de los escenarios.

–       En términos de estética e información el festival fue impecable: fueron acertados la marcación con rutas de salida e ingreso, baños, zonas de comida, los habladores con la programación y el volanteo cada día con los horarios de los grupos.

–       El cartel de bandas que fue tan criticado y que incide de manera directa en la convocatoria, funcionó, con una mayor afluencia de público sobretodo los días domingo y lunes.  El sábado el público fue fluctuando según los gustos; domingo y lunes el público fue más constante.

–       Articular programas como Medellín en Bicicleta y ubicar parqueaderos para los “caballitos de acero” en el evento es un avance de diálogo con los programas municipales.

–       La zona de comidas ha sido la más organizada y  más cómoda en toda la historia del recital. Los precios de las comidas fueron económicos.

–       El cartel tuvo riesgo, fue propositivo y las bandas respondieron; al repasar el cartel tras sus shows así puede constatarse: LMNTKDM (Bogotá), Catfish (Francia), SFDK (España), Asphyx (Holanda), Van Fan Culo (Ecuador), MULA (Bogotá), Gogol Bordello (Estados Unidos) y Miguel Botafogo (Argentina)…

–       La separata en la Revista Arcadia fue un importante aporte a la construcción de memoria del festival.

–       La diversidad sigue siendo una bandera que Altavoz Fest no puede perder. ¡Es una de sus grande fortalezas!

 

Aprendizajes

–       Altavoz Fest sigue siendo un importante eslabón del fortalecimiento de los procesos de los músicos de la ciudad.   Llegar al recital es un paso fundamental en el proyecto musical de cada grupo.  El público no puede olvidar que el sentido del recital son las bandas de la ciudad.

–       El cambio de escenario oxigenó el festival.

–       No hay que tenerle miedo al riesgo en la curaduría.   Por el alcance,  el impacto mediático, la afluencia masiva, el festival también debe seguir dando pasos propositivos en todos sus frentes: proyección e intercambios, formación (Altavoz Lab), audiciones, conciertos Ciudad Altavoz y el recital internacional.

–       Las asistencia a los conciertos y festivales está ligada directamente al comportamiento actual del consumo y circulación de la música, es decir, la dinámica es muy distinta en comparación con la primera década del siglo XXI cuando nació el evento; y mucho más cambiada si se miran los 80’s o los 90’s, no solo en la ciudad, sino también en Colombia y en el mundo.  El público y la organización deben tenerlo muy presente.

–       La administración municipal entrante tiene la responsabilidad de potenciar Altavoz Fest y todo lo concierne al recital.  Como primera medida que permita a los directores  sacar adelante los procesos desde una óptima planeación, los recursos cada año deberían garantizarse desde el primer trimestre para así diseñar las áreas de trabajo, presupuestar bandas, plantear intercambios, convocatorias y demás frentes de acción.

–       Como premisa que se impulse desde Altavoz Fest dado su alto impacto, en el Plan de Desarrollo de la administración que asume el 1ro de enero de 2016 (Federico Gutiérrez),  debería contemplarse la construcción de un escenario para conciertos en la ciudad.  Una fórmula público privada (como en otros países) podría beneficiar de fondo la economía de la ciudad. 

–       Altavoz Fest debe poner a circular los artistas del municipio por todo Antioquia.  Así se nutriría el circuito y al crecer en el contexto departamental, el primer beneficiario sería la ciudad capital y por su puesto sus artistas.

–       Los artistas clasificados por convocatoria han entendido que Altavoz Fest es una puerta que se abre pero a dónde los lleva, eso depende de cada proyecto.

Puntos a mejorar

–       El punto a revisar con atención en temas de sonido y escenarios, tiene un punto claro: por momentos el Escenario Fest (principal) opacaba con su potencia el recital del Escenario Norte.  Y esto afectaba la presentación de los artistas del  segundo escenario en mención.

–       Faltó en el evento en sí, un mecanismo para aprovechar y contarle a la ciudad en qué consiste el programa Medellín Vive la Música y cómo los jóvenes pueden apropiarse de las nuevas Casa de la Música, en qué consisten, cómo acceder a ellas… ¿De qué manera se relaciona el festival con este programa?

–       Este recital fue el cierre de una administración municipal liderando Altavoz Fest, por eso, el evento debió servir como una rendición de cuentas, de manera que era un punto importante para contarle al público cuánto se invirtió en el cuatrienio y de qué manera; debió ser más agresiva la campaña en este sentido y no dejarlo únicamente en el dossier o catálogo.  Cuando se ofrecen cuentas claras, los asistentes se sienten parte del proyecto y esto permite tonificar el sentido de pertenencia por el evento.

–       El evento de tres días pudo servir de ejercicio para el diálogo y las observaciones del público asistente; en años próximos puede implementarse un mecanismo y una zona de sugerencias e ideas del público.

–       El cartel definitivo siempre será clave lanzarlo con m-í-n-i-m-o un mes de anterioridad a la fecha del evento, incluso, el ideal sería con dos meses, así se pueden trabajar los artistas con el apoyo de los medios y con ello se puede fortalecer la campaña de comunicaciones. 

–       La asistencia en los puntos álgidos se concentró por nichos.   Grupos como Calibre 38 y Eternal y Threat, respectivamente, pudieron ayudar a convocar ubicándolos en las tandas de cada género del Escenario Fest.

–       La crítica despiadada días previos al festival no transciende ni propone, solo destruye.  Falta crítica que aporte. Al final el festival se hizo y salió avante.

–       El grosso del público de Medellín es perezoso y no investiga las bandas que desconoce, no indaga, carece de curiosidad.

En HagalaU desde ya nos preparamos para Altavoz Fest 2016. 

Compartir este contenido

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top