La sugerencia al principio, fue la de siempre cuando va a empezar una obra en un teatro: Apagar los celulares. Aunque esta vez fue un mensaje reiterado por la voz de un auxiliar de vuelo y la superposición de otros sonidos que remitían el despegue de un avión o de una nave espacial.
Entonces claro, ahí entendí que ir con teléfono a la Montaña Gris no iba a servir nada; de hecho, me pareció a penas lógico viajar lo más liviano posible al mundo de la fantasía. Y es que cuando uno se va de paseo, lo recomendable es andar sin muchas cargas para disfrutar mejor el viaje…
Sara Zapata, integrante de La Montaña Gris. Violín, Canto y Orquestación.
La Montaña Gris y la Orquesta Juvenil Sinfónica de El Santuario fueron los guías que gracias a la música y la imaginación me llevaron a un ‘Paseo Sinfónico.’ Debo confesar, uno de los mejores trayectos que he hecho en la vida. Fue un desplazamiento multitudinario (más de 900 personas) y a pesar de eso, creo que cada uno se sintió tocado, elegido y único durante el recorrido.
Iban a hacer 14 paradas; pero al final estábamos tan emocionados que terminamos haciendo una más y completamos las 15. Cada una de las estaciones nos mostraba una historia y un camino a tomar. Al principio fue la inducción, saber para dónde íbamos y más o menos qué nos esperaba, ‘Inicio de los inicios’.
Luego empezamos a conocer personajes, hadas, elfos, caballeros, lugares típicos, animales mágicos y hasta pudimos subir a un risco, donde se veían las ‘39 lunas’ que tiene este lugar fantástico. Fue increíble porque en dos horas alcanzamos a recorrer casi toda la montaña, la cual se viene construyendo hace ya casi 15 años; se imaginarán entonces que el reto no era fácil.
Juan David Estrada, integrante de La Montaña Gris. Interpretando la gaita escocesa , uno de los momentos más representativos del Paseo Sinfónico
En total fueron 70 personas (entre músicos, luminotécnicos, ingenieros, fotógrafos, camarógrafos, sonidistas, venteros…), quienes nos llevaron por parajes sonoros como ‘Couting Out, Eljupafer, Sina de la fiol, Galpotilpos, Apollo, Romance de hada y caballero, Avestruz, Tiempos Viejos, Susurros del viento, Vecchio al mare y Etzabelieth’.
Un trayecto que seguramente será muy difícil de repetir; pero que si a usted, por alguna extraordinaria razón, lo invitan al mundo de la fantasía, no lo dude, no tema, vaya y sueñe con la música, le aseguro que volverá con su espíritu renovado.
Felicidades a La Montaña Gris y a la Orquesta Sinfónica Joven de El Santuario porque como “no sabían que era imposible, lo lograron.”