Contamos las historias detrás de algunas canciones bandera de la banda mexicana a un mes de su presentación en Medellín. Estarán el 2 de noviembre en el Orquideorama del Jardín Botánico con Quantic y Puerto Candelaria.
RedacciónHagalaU // @hagalau // 8 e octubre de 2018
En HagalaU celebramos el crecimiento del circuito de grandes conciertos realizados en Medellín. Y lo hacemos bailando, en este caso, porque estamos a un mes de vivir una fiesta Carnívora, con Quantic, Puerto Candelaria y el regreso a la ciudad, luego de 5 años de ausencia, de Café Tacvba, una de las grandes bandas de rock hispanoamericanas que sigue vigente tras más de 25 años de música.
Este cuarteto integrado por Rubén Albarrán, Emanuel Del Real (Meme), Enrique (Quique) y José Alfredo (Joselo) Rangel, ha sabido experimentar, reinventarse cada cierto tiempo, rendir tributo con su música a su tradición mexicana y, sobre todo, seguir siendo masivo luego de su éxito inicial bajo sus propias reglas. En esas llevan más de 25 años, y en estos muchas canciones creadas reflejando en ellas su identidad cambiante.
Hoy, cuando falta solo un mes para volver a bailar con sus ritmos y cantar con sus himnos, repasamos parte de su historia a través de cinco canciones.
- Las batallas. Fue una de las primeras canciones compuestas por la banda, incluso antes de tener grabado un disco. Su letra hace referencia al libro “Las batallas del desierto” del autor mexicano José Emilio Pacheco, y parte de la letra es de hecho extraída de un pasaje del texto, un bolero que aparece en él llamado “Obsesión”. Quique nunca la había escuchado interpretada (la versión más famosa de este bolero la realiza Daniel Santos) y lo que hizo fue imaginarse cómo sonaría esa canción para crear la melodía.
- El baile y el salón. Casi al cierre de su segundo álbum “Re”, considerado por medios especializados como RollingStone el disco más emblemático del rock hispanoamericano, se encuentra una balada bailable que habla sobre una historia de amor que se sella en el rito del baile. Poco se sabe del origen del ritmo de la canción, inspirada en los Bee Gees y la música disco. De hecho, en un principio querían samplear parte de una canción de esta banda, pero en la grabación del álbum decidieron que la mejor forma de hacer su propia versión de un tributo disco era haciendo cada parte de la canción ellos mismos. Por esos días, la premisa de la banda era expandir sus fronteras musicales, de ahí su declaración recurrente de “no somos rock”, que luego replantearían como “no solamente hacemos rock, ¡hacemos música mexicana contemporánea!”.
- La ingrata. Sin duda es el himno más sobresaliente de Café Tacvba en la cultura popular latinoamericana. Hace parte de aquellas canciones que, por su sonido y hasta por su letra, se convirtió en dominio público más allá de una audiencia netamente rocanrolera. Está inspirada en la música norteña mexicana, desde su ritmo en clave de corrido, hasta su temática de despecho, pero también, al examinar con detenimiento su letra, es un reflejo de violencia de género. Por este motivo la banda ha decidido no tocarla más en concierto desde 2017: “Mucha gente puede decir que es sólo una canción. Pero las canciones son la cultura, y esa cultura es la que hace que ciertas personas se sientan con el poder de agredir, de hacer daño, de lo que sea” afirmaría Rubén en una entrevista para el diario La Nación de Argentina.
- Chilanga Banda. Aquel que no vive en el D.F. (Distrito Federal, capital de México) es, según el dialecto callejero mexicano, un “chilango”. Y es de este lenguaje de calle que parte la letra de esta emblemática canción de Café Tacvba, que en realidad no es de ellos sino del también escritor mexicano Jaime López. Él, que por décadas ha realizado textos contando su país desde la crítica social y política, logró con su Chilanga Banda contar, en el lenguaje de la cotidianidad y haciendo un ingenioso juego de palabras donde la “ch”, conjunto de letras muy presente en el dialecto mexicano, son protagonistas. Un día Rubén la escuchó interpretada por su autor y pensó que “este es el hip hop mexicano”. Y cuando se enfrentaron a hacer “Avalancha de éxitos” un disco de versiones a su estilo, fue la primera que, sin duda, apareció en la lista: “el chiste era proponer canciones y darle la vuelta a la idea que puede existir de una disquera, de que hay que colgarse de una canción conocida y famosa para que todo el mundo la quiera cantar. Y nosotros le dijimos no a eso. Hay canciones que sabíamos que eran éxito para nosotros” cuenta Joselo en la biografía oficial de la banda, el libro “Café Tacuba: bailando por nuestra cuenta” de Enrique Blanc. Sobre esta canción el autor Jaime López ha dicho “captaron lo que en algún momento quise comunicar”.
- Volver a comenzar. Luego del hit radial en que se convirtió “Eres” y, de cierta manera, de un relevo generacional que se vino dando en el público que Café Tacvba logró con su disco “Cuatro caminos”, la banda se centró en la grabación de “Sino”, un álbum con el que pretendían solo tocar y hacer rock, sin muchas exploraciones, sin usar muchos instrumentos, solo con batería, guitarra y teclados para crear canciones juntos, como un cuarteto que tocase sus instrumentos en esa compañía que simboliza una banda. Y la canción que más tiene esa esencia de ese Café Tacvba que se reinventa desde la simplicidad es “Volver a comenzar”. Con poco más de siete minutos de duración, nació de unir ideas que, en un principio no se relacionaban, pero que fueron tomando forma desde la letra, un reflejo del proceso creativo y emocional que vivieron en ese momento, tal como lo confiesa Meme en el libro que cuenta la historia de Café Tacvba: “porque como hicimos las cosas fue como volver a comenzar. Es decir, nunca (las canciones) las habíamos hecho así y entonces estábamos como grupo volviendo a comenzar con un arreglo”.
Las boletas para el concierto las pueden conseguir aquí.