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HagalaU ¡No pase de largo! siempre ha pensado que la escena musical de una ciudad como Medellín no puede estar integrada solamente por los músicos y su público; en realidad un circuito de música independiente es una cadena donde cada eslabón forma parte importante de ésta y no se pueden desligar los unos de los otros.
La cadena entonces está conformada por los músicos y el público; pero también por los festivales, los ensayaderos, las productoras audiovisuales, las escuelas de formación musical y cultural, las tiendas especializadas, los medios de comunicación, los empresarios, los estudios de grabación, los sellos discográficos, entre otros proyectos o colectivos que trabajan con las tendencias sonoras de la ciudad.
HagalaU también piensa que desde la diferencia es que nos reconocemos y por eso sugerimos la universalidad desde la música, respetando y sonando géneros tan aparentemente disímiles como el Hip Hop y la salsa urbana, pasando por el punk hasta llegar al jazz o la electrónica.
Tal vez por ello, el diploma Culturas Musicales Callejeras, un proceso liderado por Ricardo Gómez, ‘Vito’ y José David Medina desde el segundo Encuentro Internacional de Arte Contemporáneo (MDE11), partió de la idea de que todos tenemos un conocimiento que dar sin importar dónde se haya adquirido, y por tanto desde distintos puntos de vista puede generarse un trabajo conjunto.
Así se trabajó en este proceso “académico”, donde el Hip-Hop y el punk se proponían como ejes transversales del diploma. Sus crónicas sonoras de ciudad y todo su pensamiento gestado en las calles de los barrios, generaron todas sus manifestaciones estéticas. Por eso, a lo largo de los cuatro meses que duraron los encuentros, se trató de “reconocer toda una serie de expresiones artísticas que se dan en estas tendencias y hacer visibles los saberes generados por estas comunidades.”
Tal vez a primera vista, lo que se lee hasta ahora en este texto pueda sonar algo limitante o contradictorio para otras posturas auditivas; pero en realidad esta propuesta (sin bien tuvo algunas posturas radicales) resultó ser más incluyente de lo que esperaba y siempre tuvo las puertas abiertas para todos aquellos que quisieron participar y asistir al espacio de aprendizaje y discusión que fue este diplomado.
El diplomado de Culturas Musicales Callejeras fue para mí como individuo y como miembro del proyecto de comunicación musical urbana HagalaU ¡No pase de largo!, un primer intento de pensarse y conocerse en conjunto; de saber quiénes somos, qué hacemos y cómo lo hacemos.
La posibilidad de una unión entre parches; la formación de nosotros mismos como eslabones que somos de la cadena llamada escena de la música independiente; sin olvidar que siempre seremos público, músicos y comunicadores de nuestros mismos proyectos…
Vernos, escucharnos y leernos desde la calle (el estado natural de este proceso y de sus asistentes). Igualmente, a partir de la academia, la cual mal que bien, aportó cosas importantes para todos: nos ofreció otras posibilidades de gestión y de ser sin dejar la independencia; además de un abanico de interrogantes…
El más grande, qué hacer ahora que nos conocimos y nos unimos, cómo continuar el camino siendo proyectos autónomos; pero sin olvidar nunca más que somos parte de una cadena que no se puede reventar y que por el contrario debe ser más fuerte.
El diplomado Culturas Musicales Callejeras fue un festín para disfrutar y pensar la música; asimismo, nos abrió el camino para enredarnos en las notas de nuestros acordes, en las ondas sonoras de nuestra voz y en las letras de nuestras canciones.