El pasado sábado fue el lanzamiento del libro "15 años de canciones contadas" del periodista Santiago Arango Naranjo, director de HagalaU; entre amigos, su familia, músicos y aliados del proyecto, estas fueron las palabras de ese momento, emotivo y cargado de alegría y sonido.
HagalaU reproduce las palabras de presentación del libro:
"En la cabeza tengo la imagen de niño, cuando en 1987 me sentaba a regrabar los casetes que a escondidas «robaba» de la colección de un familiar: borrar las canciones de Violeta Parra, Soledad Bravo o Mercedes Sosa para grabar de la radio las canciones de Supertramp, Black Sabbath o The Beatles. De esa manera aprendí a escuchar canción social, borrando el fortín sonoro de mi tío Toño.
En las vacaciones, me sentaba a recortar las páginas dedicadas al rock que circulaban en ese entonces en los periódicos El Mundo y El Colombiano, páginas que me regalaba otro tío, Tino. Pasaba hasta catorce o dieciséis horas sentado recortando cada foto, el logo de la emisora, la reseña del artista, la canción de la semana que traducían al español, y así, mientras de fondo la radio, siempre la radio, acompañaba el ensamblaje de mis «cuadernos de música».
En esa época y mientras pelaba las papas del almuerzo, mi mamá cantaba en la cocina de la casa líneas como: «Yo también… tuve veinte años» o simplemente lo que se le viniera a la cabeza: Los Cuyos, Silva y Villalba o los infaltables Visconti. Y mi papá, mientras nos dejaba conducir la cabrilla con el taxi en movimiento -esas fueron las primeras clases de conducción oficial- permitía sintonizar en el ‘pasacintas’ la emisora que quisiéramos mis hermanos y yo, o él escuchaba las noticias. En vacaciones era un rito escuchar en el radio de pilas de la abuela en Rionegro, en una casita campesina donde aún no llegaba la energía eléctrica ni el alcantarillado, la radionovela de Kalimán.
Así como esas están las historias de mi tía Chelo, sintonizando La voz de Colombia, mientras se organizaba antes de salir para la oficina; los bailes de baladas de Pelos de ángel, mi hermano mayor –de donde nos sacaban a estrujones porque eso era «pa’ grandes» y donde sonaba sin falta Chicago, Air Supply, Bonnie Tylor o el infaltable Falco y su «Jeanny».
Estas y otras historias y circunstancias fueron fraguando en secreto una pasión por la música y la comunicación. En primero de bachillerato tenía una claridad tras jugar a hacer radio en esa «nave voladora» que mi padre Javier le había regalado a Mariela,mi madre: ¡Un equipo de sonido! Sí, sabía que quería hacer radio.
De ese deseo adolescente creció el amor por la prensa, la radio, los videoclips que rotaban en programas como la Música de Veracruz y en MTV. Y todo eso derivó en conciertos, discos, acetatos y en el alma máter, donde –cual llamado divino- estudié Comunicación Social-Periodismo en la Universidad de Antioquia.
Años antes, en 1996, sentado en el parque del Periodista en pleno centro de Medellín, en medio de una cerveza, le pregunté a Darío Cano, guitarrista en ese momento del grupo Frankie ha muerto, y además mi profesor de guitarra para entonces: «¿Por qué si hay tantos grupos de rock en Medellín no pasa nada con ellos y casi no suenan en la radio?». Sin recato, directo y con su tono mordaz de siempre, me respondió: 'Deje de quejarse hermano y entonces haga algo'».
Y el resultado, entre múltiples experiencias donde la música y la palabra han marcado el ritmo es este libro: 15 años de canciones contadas, textos periodísticos sobre el circuito musical de Medellín, un compendio para sentar una versión de la memoria sonora local entre 1999 y 2014, a través de entrevistas, reseñas e informes sobre discos, músicos, conciertos, agrupaciones, festivales y otros actores y dinámicas, donde se evidencian los sueños, las angustias y decepciones; las alegrías de una ciudad a través de rock, la salsa, el punk y otras sonoridades.
Porque este sueño no nos lo repiten, hago de mi vida una canción".
Este texto, que contiene artículos de grupos como Parlantes, I.R.A, Masacre, Tr3sdeCoraZón, Bajotierra, Frankie ha muerto, Sara Rodas, Orus, Puerto Candelaria, Mr. Bleat, Radiosónica, Tenebrarum, AlcolirykoZ, Nepentes y Grito, entre otros, pueden conseguirlo escribiendo al correo Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla. para coordinar la compra.