¡Regálame un computador y seré feliz! ¡Dame un mercadito y te seguiré! ¡Vaya vote y venga por los $20.000pesitos!: estás frases no son una exageración, sino que recrean lo que puede hacer un candidato por llegar a una gobernación o una alcaldía y, a su vez, la irresponsabilidad de muchas personas que se venden por una migaja de pan.

En las próximas elecciones, hay una responsabilidad grandísima para quienes votamos: ser consecuentes con nuestros principios.  Si no votamos, está bien, después no nos lamentemos como hambrientos sin un bocado de comida.  Medellín y Antioquia, y todas las ciudades y departamentos de Colombia, entran en una etapa decisoria en el desarrollo de los proyectos de vida de sus habitantes.

Ya revisaron, por ejemplo, ¿cuál es la propuesta de proyección artística que no caiga en asistencialismos sino que más bien, dé la bases para la consolidación de empresas culturales desde el arte?  Y cuando hablamos del arte nos referimos a música, literatura, plástica, poesía, teatro... ¿Ya revisaron los planes de gobierno de por quién van a votar?

Somos responsables de nuestro futuro.  Así es que no nos hagamos los de la vista gorda.